La neolengua en la universidad

. ¿Quién mejor que el afectado para saber si es él o ella? Salvo que sea de genero fluido

Maldigo la hora en que escuché a Reverte explicar que el lenguaje no sexista priva a las palabras del filo de bisturí que necesita el escritor y me obligó a debatirme entre la reflexión del académico y mi impulso a hacer propia la causa de la igualdad. Bastantes problemas psiquiátricos tengo ya que resolver en esta columna como para sumar otro ajeno a mi campo de conocimiento. Y he ahí que habíame refugiado en la cerveza -que no arregla los problemas, pero ayuda a olvidarlos-, cuando recibí un correo de la Universidad con dos páginas de recomendaciones (por supuesto sin firma de su autor) para el uso de un lenguaje "igualitario". Dos páginas de expresiones alternativas a otras sexistas que deben ser desterradas del leguaje académico, por imperativo legal. Se propone (el alcance de la obligación no está claro) cambiar a "los alumnos discapacitados" por "personas discapacitadas". Es decir, se censura alumnos por el empleo del masculino genérico, pero se acepta "personas", donde el genérico es femenino, al tiempo que se ignora que no todas las personas son alumnos. Tampoco es legalmente lo mismo que un comité este compuesto por "los miembros del consejo" que "por miembros del consejo". En la primera fórmula son todos; en la segunda, no. Sin embargo, sospecho que sí es lo mismo remitir esta queja a "los responsables" de su autoría que a "responsables del Vicerrectorado". Nadie sabrá quién tiene que hacerse cargo. Ni de la consideración de que, si "el titular de la cátedra" pierde el artículo "el", se pierde concreción y "titular de la cátedra suspendió a todos los alumnos" suena a página de sucesos. Porque lo que, al autor, o autora, de estas recomendaciones le preocupa es que se diga "todos suspendieron" en lugar de que "nadie aprobó". Aunque no sea lo mismo. En el primer caso te han cateado mientras que en el segundo puede que ni hayas pasado por clase. Estadísticamente, diferente.

Pero, si hay algo memorable, eso es el epígrafe "Eliminar el término hombre", que se sustituye por "el ser humano" o "la humanidad". Que tampoco son necesariamente sinónimos. Y es que, esta neolengua alcanza su cenit con la recomendación de la utilización del "quien". Mejor "quien suscribe" que "el que suscribe", que también puede ser "la que suscribe". ¿Quién mejor que el afectado para saber si es él o ella? Salvo que sea de genero fluido, en cuyo caso, tiene días como el calendario.

Antonio Vargas Yáñ

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