Los 'neotiesos'

Prospera la 'neotiesez'. La ex clase media por la que se pelean los céntricos votos

El fracaso atufa. Y en la clase media decreciente se disimula. Prospera la neotiesez. La ex clase media por la que se pelean los céntricos votos. Emboscadas de tasas y timbres. Nos anuncian un nuevo reapriete y ya queda poca grasa. A lo mejor, usted pertenece a ese grupo caracterizado por el sueño castizo de prole universitaria, plan de ahorro y segunda residencia de monte o mar. Ese ideal dibujado tras la devastación de las guerras europeas. La clase media es un experimento del consumismo pop aliñado con Lexatin. Los hijos del desarrollismo demográfico ven el futuro por el túnel del ERE y el enigma de si cobrarán su jubilación. En las madrigueras de los neotiesos, no se renuevan los muebles de la cocina, tampoco se pintan las paredes del salón, menos, se reciben visitas y los electrodomésticos rugen desde hace más de una década. En el hábitat neotieso sólo entra una nómina de licenciado vidriera. Es la precariedad estilosa y bien vestida. Zapatos remendados de siete suelas, cuellos de camisa roídos por la barba, eso sí, el caracolillo reluciente y la mirada medicada. El abismo de los sablazos y el pudor por acudir al banco de alimentos. Elegir entre llenar la nevera, echar gasolina al carro o pasar la ITV. La neotiesez se propaga entre los mayores de 45 años. También hay otra variante extrema que sobrevive con la paguita de la ayuda familiar. Quién nos iba a decir que la obsolescencia programada nos trituraría el sueño. La neotiesez cunde entre los profesionales liberales, los trabajadores autónomos despachados en todos los sectores productivos facturables a diez euros la hora impuestos excluidos. Esos emprendedores estrellados a los que el destino ha sepultado entre rechazo y cuchicheo. A los neotiesos se les ha amortizado ya y encima les ha atropellado la transformación digital. La tan cacareada nueva economía de los me gusta y las caritas felices, el postureo paellero y gastrotonto de baba. Aún así hay oportunidades viables. Sin menospreciar la experiencia viejenial y dementora (gurupolleces de la economía el SXX no retornable), creo que el futuro, como siempre ha sido, reside en los jóvenes, los intérpretes de la cosa global y on line. Los neotiesos para subsistir, pueden optar por desaprender e ingeniárselas para conseguir nuevos ingresos a través de las oportunidades on line. Si usted está al borde de la neotiesura póngase los bits. Y vigile su papeleta que reincidimos en elecciones tributables.

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