Los cinco 'noes' del ministro malagueño

Su paso por el Ministerio de Consumo se puede tachar, hasta ahora, de anodino. Pero se admiten apuestas

No, no, no, no, no. Gracias. Ahora mismo no hay elecciones. En este momento no está en absoluto encima de la mesa. Agradezco el elogio, por lo que significa, pero desde luego que no". Hasta cinco negativas de Alberto Garzón, en la entrevista de Carlos Rocha para los periódicos del Grupo Joly, a la posibilidad de ser el candidato a la presidencia de la Junta en las próximas elecciones autonómicas. Y un sexto rechazo de propina. Lógica la cuestión después de que el ministro de Consumo se dejara ver en una mini gira por Andalucía para criticar a la Junta y explicar que no es tan fácil bajar el precio de la luz. Que de esa materia algo debe saber un economista formado en la UMA, como él.

Cinco noes justo cuando en las últimas horas, entre algunas consultorías, se da por hecho que ya hay gurú elegido para que sondee y prepare ese futuro desembarco andaluz del dirigente malagueño. Pero en las declaraciones políticas siempre hay que leer entre líneas. Nunca nadie se postula voluntariamente. El clamor debe parecer que arranca de abajo. Llegado el caso, se acepta por exigencias del guión. Justificaciones tan falsas como aquella proliferación de desnudos en el cine que pretendían liberarnos con cuatro apresurados planos de 40 años de censura del franquismo. Aunque es cierto que los patios de butacas se llenaban.

Así que Garzón acude al manual vigente de Julio Anguita de "programa, programa". Ahora mismo, el tema de la candidatura no está sobre la mesa, la enjundia es qué hay que hacer para conectar con la ciudadanía y toda la ristra argumentativa de uso común que viene a significar lo mismo que el "partido a partido" de Pablo Simeone. Más actualizado que ese lírico "cuando llegue el río ya cruzaremos el puente".

El coordinador general de Izquierda Unida rehusó la posibilidad de medir sus fuerzas con Isabel Díaz Ayuso en las últimas elecciones a la presidencia de Madrid. Y eso que partía con ventaja. Su cuenta de Twitter registra más de 1,4 millones de seguidores y la presidenta madrileña, incluso después de ir a la casa de Bertín Osborne, apenas supera el medio millón . Las redes sociales fueron siempre la palanca política que catapultó a Garzón. Su partido estaba huérfano de liderazgo sin Julio Anguita. En busca de un discurso moderno tras el regreso al pasado con Gaspar Llamazares y Cayo Lara. Había que aprovechar los retuit y me gusta que podían propiciar su ascenso. Pero su paso por el ministerio, hasta ahora, ha sido anodino. Se admiten apuestas. Y un partido histórico como el PCE y una coalición como IU la diluyó en Podemos. En brazos de su amigo Iglesias, que se ha IDA.

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