LLEGADA esta época del año, en la que ya se perciben los signos otoñales, se inicia un proceso político que no por repetitivo es menos sorprendente. Tras la entrega en el Congreso de los Diputados de las cuentas del Estado, miles y miles de folios que caben en un simple lápiz de memoria, por parte del titular de Economía al presidente de la Cámara, empieza una auténtica carrera de los políticos que les conduce a sus respectivas circunscripciones electorales para explicar bondades y maldades de los números que el Ejecutivo ha elaborado, sudando la camiseta, durante todo el verano para intentar cuadrar el ejercicio de 2009.

Tengo para mí que es imposible dar un simple vistazo al tocho presupuestario en tan poco espacio de tiempo, aunque para eso están analistas y asesores a sueldo de cada organización. Lo cierto es que con la que está cayendo, en medio de la crisis que nunca existió, los números de las cuentas públicas toman aún mayor protagonismo que en ejercicios anteriores. Es por estas fechas cuando los vecinos de cada pueblo y ciudad de la provincia de Málaga tienen oportunidad de ver de cerca a sus representantes, ya que éstos son enviados desde los cuarteles generales a vender la burra casa por casa, en el caso del partido en el Gobierno, o a intentar hacer trizas la política diseñada por el vicepresidente Solbes, en el caso de la oposición.

Es la popular Celia Villalobos la que suele saltar a la palestra para poner en solfa las cuentas públicas. La ex alcaldesa, que ha vuelto a demostrar que está en plena forma, y haciendo caso omiso a la rumorología que cada víspera congresual la relaciona con el asalto al poder en su partido, no duda en calificar de "engaño" el documento, así como falto de proyectos de futuro, y lo argumenta con razones no exentas de lógica, pero diametralmente opuestas a las que pocas horas antes habían ofrecido los diputados socialistas Miguel Ángel Heredia y José Andrés Torres Mora, que se presentaron jubilosos ante los medios aseverando que Málaga continúa en los primeros puestos en el ranking de la inversión estatal, ya que, en concreto, la provincia figura en el cuarto lugar de esta clasificación, sólo por detrás de Barcelona, Madrid y Valencia. Aunque resaltaron que los Presupuestos, por sí solos, no serán capaces de aliviar la coyuntura económica. Una situación que se vive en medio de una atonía muy similar a la que se percibe en el foro político provincial, donde sigue cundiendo la impresión de que nuestros representantes, y va para un año, se limitan a la simple gestión de lo ordinario. Les falta fuelle a los muchachos.