el prisma

Javier / Gómez

¿Quién les paga el sueldo?

BASTA un rápido repaso a la agenda de los últimos días para constatar lo que el instinto nos avisaba y las apariencias nos hacían temer: la campaña electoral ya ha empezado. Lo ha hecho como siempre, fuera de plazo -mucho antes de que comience legalmente-, y de la forma vergonzosa a la que ya estamos habituados: muchos cargos públicos difícilmente trabajan ya en otra cosa que no sea la búsqueda de votos, ir en las listas o al menos mantener el puesto. Nunca ha estado muy clara la función de los delegados provinciales de la Junta de Andalucía. Habitualmente eran políticos con un cierto perfil de gestión dedicados a las tareas administrativas internas, a apagar fuegos y detectar necesidades, gente que ponía la cara para que se la partieran, mientras que los aplausos y las fotos se las llevaban siempre los consejeros. Pero en los últimos años, coincidiendo con al etapa de Heredia-Conejo, se diría que la mayoría de los delegados autonómicos ha trabajado más para su partido, el PSOE, que para la administración pública que les paga los sueldos, los chóferes y los coches oficiales ahora menguantes. Así se ha convertido en una fea, fea costumbre, que los delegados y delegadas acudan a actos del PSOE en horario de oficina, cuando se supone que deberían estar en su despacho resolviendo los cientos de problemas que seguro tienen. Hoy, sin ir más lejos, y por si a alguien le quedaba alguna duda de que la regularización de viviendas ilegales de Andalucía ha sido el último truco electoralista del Ejecutivo de Griñán, el delegado de Obras Públicas, Enrique Benítez, y la parlamentaria socialista Marisa Bustinduy, tienen convocada una rueda de prensa en Mijas, a las 10 de la mañana, para hablar sobre el decreto con la portavoz socialista en el municipio, Fuensanta Lima. Pero ese es solo un ejemplo de la campaña evangelizadora a la el su partido envía a los delegados por toda la provincia. Tampoco se puede decir que cuando organizan un acto público en representación de la Junta el interés de estos esté justificado. Ahí tenemos al delegado de Educación, Antonio Escámez, al que de repente ha entrado un frenesí por los actos de prensa. Si la semana pasada inauguró un instituto de Fuengirola que llevaba tres cursos funcionando, hoy visita un colegio de Teatinos que lleva dos. Lo hace, eso sí, acompañado por la escritora Almudena Grandes, que da nombre al centro. En ese acto lo acompaña la delegada del Gobierno andaluz, Remedios Martel, quien también se ha puesto las pilas. Previamente, y acompañada por la delegada de Salud, Mª Antigua Escalera, inaugurará un (¿nuevo?) helipuerto en el Clínico. Resérvenme plaza en el siguiente vuelo. Hay que huir.

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