La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

El paraíso catalán

Hay que carecer de problemas para convertir el nacionalismo en la principal cuestión política

Cataluña debe ser un paraíso en la Tierra, un edén sin paro, conflictos sociales, delincuencia, pobreza y carencias sanitarias o educativas, con pleno empleo y además de calidad. Debe tener un nivel cultural tan asombroso que los chavales hablan -además de catalán- siete lenguas vivas (menos la castellana, claro) y cuatro lenguas muertas; las malas películas que triunfan en todas partes allí fracasan y las buenas y raras que en todas partes son minoritarias o ni se estrenan, abarrotan los cines en versión subtitulada; en cada barrio hay una sala de conciertos y todos siguen la música leyendo las partituras; las listas de los libros más vendidos están siempre encabezadas por obras maestras, los 40 Principales solo incluyen música clásica y jazz, y las televisiones públicas solo emiten cine de autor, teatro clásico y de vanguardia, conciertos y debates culturales o científicos. La investigación va muy por delante de las más avanzadas del mundo, la expectativa de vida ha alcanzado los 96 años que se anuncian para la España de 2100 y la vida política -pese a los infundios sobre la corrupción institucionalizada, los Pujol y otras invenciones- es de una honestidad y transparencia jamás alcanzada en país alguno.

Esto debe ser así, diga lo que diga la propaganda españolista, porque si no, no se comprende cómo pueden dedicar tantas energías, tiempo y recursos a la añeja tontería nacionalista. Hay que estar muy sobrado de todo y carecer por completo de problemas para convertir el nacionalismo en la principal cuestión política. ¡Qué envidia! En el resto de España, salvo el País Vasco, somos tan pobres y torpes, tenemos tan graves carencias y nos urgen cuestiones tan apremiantes que no nos podemos permitir el lujo de convertir la independencia en el problema más urgente y prioritario. Cataluña, en cambio, es la Kim Kardashian de España, solo preocupada de ella misma, ofrecerse en espectáculo y maquillarse el culo.

El último episodio del reality catalán es la respuesta de Homs a la petición por parte de la Fiscalía de nueve años de inhabilitación por prevaricación: "Me daría asco formar parte de un sistema político que quiere inhabilitar penalmente a un político por poner unas urnas". A lo que Puigdemont se ha sumado con este tuit: "Con esta petición es el Estado quien queda inhabilitado democráticamente". ¡Qué envidia! ¡Qué pocos problemas deben tener para inventarse estos!

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