EL PUCHERO

Teresa Santos

Un pasillo entre urbanizaciones

QUÉ rápido sacamos conclusiones! A ver si ahora el problema van a ser las pasarelas peatonales. Que la casualidad haya hecho que dos veces, en un periodo de 4 años, un camión grúa con la pluma desplegada haya impactado sobre la misma pasarela consiguiendo desplomarla sobre la calzada, no quiere decir que esté mal construida o instalada, sino que los errores humanos siempre tienen un precio, y sin duda -si así lo acaba demostrando la investigación del accidente- es un error intentar pasar bajo un paso elevado superando el galibo reglamentario.

Lo cierto es que el accidente ocurrido en la A-7 en la zona de Calahonda ha calentado los ánimos de los conductores que a diario tienen que transitarla con un tráfico intenso sobre todo en fechas veraniegas, cuando además de los camiones que se dirigen hacia el Puerto de Algeciras, esta vía soporta una parte importante del tráfico que genera la Operación Paso del Estrecho. Todo ello sin que disminuyan las incorporaciones de vehículos procedentes de un sin fin de urbanizaciones, lo que obliga al conductor a mantener la atención más allá de lo habitual. Después de años de un urbanismo irracional, de convertir la costa en un pasillo entre urbanizaciones, no podemos estar lamentando que nuestras infraestructuras sean insuficientes, entre otras cosas, porque tanto ladrillo desplegado ha acabado hasta con el espacio por el que podrían discurrir nuevas vías.

Sin duda las cosas pintarían de otra manera si en lugar de ser todos tan individualistas y consumistas pensáramos más en el bien común. El que más y el que menos quiere tener una casa que mire al mar y un camino por el que poder discurrir sin dificultad para mantenerse en contacto con el mundo. Lo cierto es que a la hora de comprar una casa nos dejamos impresionar más por el confort que nos ofrece su interior que por la accesibilidad del lugar. Luego cuando surgen los problemas, sólo se exige solución, nadie se plantea el precio que paga la aldea global. Nada importa el impacto al medio ambiente. Instalados en la reclamación permanente planteamos, "si no hay autopistas suficientes, que las construyan". Y ahora viene la pregunta del millón: ¿Por dónde?¿Qué se tira?¿Qué se expropia?

Lo cierto es que es difícil de entender que la única alternativa a la A-7, en una de las zonas de más tránsito en verano, sea una autopista de peaje. En el accidente de la pasarela uno de los hechos que más perturbó el estado de ánimo de quienes soportaron el caos circulatorio fue tener que pagar el peaje en la AP-7 para salir de la ratonera en la que se convirtió la Autovía del Mediterráneo, y es que los trámites para dejar libre de peaje esta vía de pago se prolongaron más de dos horas.

Bien está que se reabra del debate, pero desde este pequeño espacio de opinión me atrevo a plantear que no basta con debatir, hay que participar, y buscar los cauces -que existen aunque no se fomenten- para plantear a los políticos nuestra opinión favorable o contraria a sus proyectos, en el momento en el que son proyectos y no cuando son ya realidades consolidadas.

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