Mitologías Ciudadanas

José Fabio Rivas

El porvenir es una ilusión

El porvenir es largo -decía Althusser-, así que hay que intentar influir, con la dosis de subjetividad (deseo e ilusión) que a todos nos corresponde, en sus avatares, más aún cuando tras la pandemia, aunque a corto plazo parezca que pocas cosas cambian, surgirán cambios de gran calado.

De entrada, aquí sigue la Covid, algo que no cuestiona tanto el presente (que también) como el futuro. ¿Y qué era el futuro, sino el radiante porvenir de progreso ilimitado que nos aguardaba? Es obvio que ese futuro se ha agotado. Los ecologistas vienen insistiendo en que el modelo de progreso del que nos dotamos desde la revolución industrial, se fundamenta en la idea errónea de que los recursos de la naturaleza son inagotables. Se acabó ese espejismo. La energía que necesitamos para seguir subsistiendo como especie tendremos que obtenerla sin romper el equilibrio de la naturaleza. No queda otra. Aunar por tanto la visión ecologista al modelo de política que queremos será fundamental ¿Y cuáles son esos modelos de política? En principio, y simplificando mucho, la hegemonía y legitimación política actualmente se están dirimiendo entre tres modelos político-sociales. El neoliberal (responsable en gran medida de los últimos colapsos financieros, del auge de los paraísos fiscales, de la destrucción vía privatización de los servicios públicos... Afortunadamente las políticas ultraconservadoras han mostrado su peor faz durante esta pandemia. Pensar, por ejemplo, en las payasadas irresponsables de Trump o Bolsonaro), el inquietante capitalismo comunista de China (¿Cuánto tiempo puede durar aún el imposible equilibrio de gestionar totalitariamente un sistema de producción capitalista, con las exigencias de libertades cívicas que éste comporta? ¿Soportaría Occidente su modelo de estado cibernético-policial puesto a prueba durante esta epidemia, con el importante menoscabo de la intimidad, privacidad y de pérdida de libertades civiles?) y, por último, las denominadas democracias liberales (donde un día ondeó la bandera del capitalismo con rostro humano, hoy campea el modelo desconcertado y errático de las socialdemocracias, sin líderes y sin agentes sociales y, lo que es peor, sin una teoría que dé consistencia y que permita seguir avanzando, salvo una nueva reedición de las antiguas políticas keynesianas, de un New Deal que ya no puede sostenerse -como sucedió en los años 50-, salvo que se tiña de verde y abandone la creencia en un progreso ilimitado. En este sentido, resulta alentador el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible que configura la Agenda 2030. Tal vez, esta clase de objetivos (este New Deal verde), en el marco de instituciones políticas democráticas y liberales, siga siendo el mejor camino para resolver los desafíos que nos aguardan. Pero, en fin, como cantaba el profeta Feliciano que, además, es ciego, "sara quel che sara". Aunque yo -suspicaz y tontorrón- estaría atento al peligroso yellow submarine. Y no me refiero al de los Beatles. No puedo darles más pistas...

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