LA Liga ACB es historia tras el incuestionable triunfo del Tau Vitoria en la final ante el Barcelona. Ahora es momento de hacer balance, de planificar y, cómo no, de fichajes. El mercado no se suele mover en lo que respecta a jugadores hasta el mes de julio. Pero lo que si se está moviendo y de que manera en los últimos días son los banquillos. Numerosos cambios habrá en la temporada que viene en la figura del entrenador. Por poner un ejemplo, de los cuatro clubes que jugaron la semifinal sólo uno de ellos (Xavi Pascual) continuará guiando los destinos del Barcelona. Los otros tres equipos (Tau, Unicaja y DKV Joventut) tendrán un nuevo inquilino como máximo responsable. Es un dato sorprendente y poco usual pero habría que estar dentro de esos clubes para poder saber por qué se toman unas medidas en algunos casos tan impopulares.

Sin duda el fichaje más sonado y sobre todo el más comentado de la última semana ha sido el nombramiento de Aíto García Reneses como entrenador de la selección española de baloncesto. Las diferencias entre Pepe Sáez, presidente de la Federación Española, y Pepu Hernández, ex seleccionador, desembocaron en el despido de este último.

La llegada del hasta hace una semana entrenador del DKV Joventut supone una garantía para intentar el asalto a las medallas en los próximos Juegos Olímpicos. Es la única gran competición que se le resiste a la generación de los 80, tras conseguir ser Campeones del Mundo y subcampeones de Europa. En Atenas 2004, perdieron un sólo partido (el famoso cruce de cuartos contra EEUU) que les relegó a la séptima plaza en un formato de competición que no permite ningún error.

Aíto dispondrá de pocos días para preparar la cita olímpica. A ello habrá que añadirle los problemas contractuales que tendrán algunos jugadores y que en algunos casos (Calderón y Navarro) les impedirán comenzar con normalidad los entrenamientos. El conocimiento del entrenador madrileño de muchos jugadores que han estado a sus órdenes (Pau Gasol, Navarro, Rudy o Mumbrú) unida a su experiencia harán que la aclimatación por ambas partes sea muy rápida.

La filosofía de Aíto sobre el parqué, con continuas rotaciones, volverá a ser protagonista y más si tenemos en cuenta la calidad de los jugadores que conforman nuestra selección. Muchas veces me han preguntado por cómo definiría al ahora seleccionador ya que fue quién me llevó al Barcelona y con él que estuve cuatro temporadas. He comentado en más de una ocasión que se trata de un entrenador diferente. Su metodología y su teoría sobre el entrenamiento me llevan muchas veces a pensar que Aíto se acerca más al perfil de profesor de baloncesto que al de entrenador en sí. Trabaja de manera muy diferente al resto y con unos conceptos en los que la técnica individual tiene una presencia muy importante. Podría poner muchos ejemplos en este sentido. Uno, los pases en alley hoop de Ricky Rubio a Rudy Fernández, que no son casualidad y que tanto hemos visto. No me refiero al elemento táctico sino al elemento técnico de la acción. La manera de realizar el pase por encima de la cabeza y no de pecho seguro que ha sido trabajado por el joven catalán durante muchas sesiones. Recuerdo haberlo practicado en mi época blaugrana en muchos entrenamientos con jugadores como Digbeu o Elson. El aspecto táctico pasa a un segundo plano y adquiere una mayor importancia cuando se acerca la hora de la verdad (fases finales de los torneos). Las posiciones, sobre todo defensivas, son básicas y durante mucha parte del trabajo se incide en ellas. La intensidad en todas las acciones es otro aspecto a destacar. No bajar a defender suele terminar con el jugador en el banquillo. Por supuesto, la disciplina y la concentración son otros dos puntos fundamentales dentro de su exigente filosofía.

En definitiva se trata de un entrenador diferente que lleva décadas haciendo mucho por el baloncesto. Ahora le llega el merecido premio de la selección. Casualidades o no, pero se juntarán en Pekín una de las mejores generaciones de jugadores de la historia con uno de los mejores entrenadores de la historia. ¡Mucha suerte!