Juanma Moreno alardea cada vez que se le pregunta de la solidez de su Gobierno y de que su acuerdo con Ciudadanos está blindado frente al acercamiento en Madrid entre Inés Arrimadas y Pedro Sánchez. Quizás no le falte razón y los problemas de cohesión en el Gobierno andaluz no vengan por diferencias entre Moreno y Juan Marín, sino de éste con sus propios consejeros. Las malas relaciones entre el vicepresidente y la titular de Igualdad, Rocío Ruiz, son un secreto a voces y antes o después tendrán consecuencias para uno o para otra. Ahí está la duda.

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