Soy de la generación de Carpanta. Como él soñaba con un buen pollo y, con suerte, lo comía dos veces al año, el Domingo de Ramos y el día de Navidad. Vi mucha hambre y mucha mentira. El hambre se sufría, las mentiras se tragaban sin otra opción. Luego, casi medio siglo después, hubo un socialista llamado Rubalcaba que dijo "Los españoles merecen un gobierno que no les mienta, que les diga siempre la verdad" y se murió. El maestro Manuel Alcántara escribió: "Las mentiras colectivas no se las traga nadie, pero se degluten entre todos".

Qué decir ahora con un gobierno opaco del que nada se puede creer ni nada explica. La mentira es su política y bien que cuando lo elegimos sabíamos que su presidente era un mentiroso compulsivo. ¿Acaso soy yo el que miente diciendo esto que digo? El presidente, que carece de ética, no sabe decir verdad alguna, ni siquiera conoce que la verdad verdadera, no es la verdad absoluta, es una verdad cualquiera. No le pedimos que diga la verdad, que toda verdad es relativa, sino que no diga mentira. Digámoslo con gongorinas palabras, si: "En Valencia muy preñada / y muy doncella en Madrid, / cebolla en Valladolid / y en Toledo mermelada, / puerta de Elvira en Granada / y en Sevilla Doña Elvira, / ¡mentira!".

Consentir la llegada de miles de migrantes a Canarias procedentes, en su mayoría, de un país como Marruecos, en el que no se dan circunstancias que justifiquen un éxodo de refugiados por razones políticas o bélicas, nos parece indignante. Y más indignante aún nos parece que el gobierno, con el ministro Marlasca al frente, no tome medida alguna, ni de explicaciones coherentes y, además nos mienta descaradamente.

Ya son más de mil los migrantes que han llegado a la Península, en vuelos regulares o fletados ad hoc, desde Canarias. El ministro Marlasca y la portavoz del Gobierno, la Sra. Montero, afirman no saber nada de ello y que los traslados son "esporádicos", únicamente de personas vulnerables (lo que quiere decir, dado el número de trasladados, que todos los que llegan son vulnerables) y que ni siquiera saben quienes pagan dichos vuelos. Como diría Góngora (salvando las distancias): Que miles de migrantes nos lleguen / y al ministro por detrás se la cuelen / bien puede ser. / Pero que mienta con rotundidad / diciendo no saber quién está detrás / no puede ser". / Diga, el Ministro, lo que diga / ¡mentira!

Pero lo cierto es que, en éste mejunje de gobierno que tenemos, mienten todos y dicen disparates con un descaro que espanta. Echenique pagó con dinero negro, defraudando a la Seguridad Social, y se quedó tan pancho, y además acusa y acosa al Rey como si él fuese el juez supremo de todos los españoles. Y, francamente, que un argentino venga a decirnos a los españoles que nos va a meter la República por el recto, me parece incorrecto. Lo diremos con letrilla gongorina para continuar la melodía: Que vengan un sudamericano / a por lentejas y sea republicano / bien puede ser. / Pero que un argentino berzotas / nos republicanice por pelotas / no puede ser. No puede ser.

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