E L secretario general del PP acaba de señalar como único responsable de que se repitan las elecciones a Sánchez, al que reclama insistentemente que logre un pacto que acabe con la "incertidumbre" de su repetición y al que acusa de perseguirlas. Pero justo a reglón seguido, lo tacha de radical, capaz de llegar a acuerdos con Podemos, Esquerra Republicana y los nacionalistas. Sin cuya cooperación, en forma de voto favorable en el primer caso, y al menos como abstención en los otros, es imposible que prospere su investidura. Salvo que el Partido Popular o Ciudadanos se abstengan, en cuyo caso bastaría con el apoyo de Unidas Podemos y se podría prescindir del resto. Pero eso está descartado de antemano por Casado, que en algún momento ha sugerido que quien se tiene que abstener es Rivera. Y por Rivera, que puso un veto a Sánchez por querer pactar con Podemos, que es más radical y de izquierdas que Vox. Lo que lleva a Sánchez a tener que contar con cierta complicidad de los nacionalistas, si al final consigue llegar a un acuerdo con Iglesias, que es lo que en el fondo le está exigiendo Casado cada vez que le reclama que forme gobierno, le niega su apoyo y no hace la menor recriminación a Rivera por no intentar el más mínimo acercamiento a Sánchez. Pero Sánchez se resiste, sospecha de la presencia de Podemos en el Gobierno puede terminar siendo la de un Salvini de izquierdas que le lleve a elecciones en cualquier momento. Y esto nos lleva a una última solución que podría contentar a casi todos: Unidas Podemos apoya la investidura de Sánchez sin pedir nada a cambio y luego se negocian una por una cada una de las iniciativas parlamentarias de la nueva legislatura. Es la propuesta de algunos sectores de Podemos, que a Iglesias y su guardia de corps no parece satisfacerle mucho después de creerse a un palmo de poder tocar un poquito de cielo. En teoría, con esta solución Casado debería estar contento: Sánchez habría acabado con la "incertidumbre" que nos corroe, no habría elecciones y Podemos no estaría en el gobierno. Cuando unos meses después de la envestidura de Sánchez la ética de las convicciones de los sectores más puristas de Unidas Podemos se imponga sobre la de las consecuencias o la factura a pagar en los presupuestos sea inasumible, el Gobierno se irá al garete y Casado tendrá la certidumbre de unas elecciones en las que sacudirse a Rivera.

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