Escribía ayer el compañero Marqués Perales que la nueva dirección de RTVA se ha planteado como prioridades disminuir el coste de la televisión y la radio pública y elevar la audiencia, caída ya por debajo del 8%. Destacando que "fuentes cercanas a los nuevos responsables han explicado que Canal Sur mantiene un divorcio inquietante con las audiencias urbanas andaluzas, fruto de una especialización, casi monocultivo, de sus cadenas a los entornos rurales y al segmento de más edad de la población". Así que no andaba un servidor muy equivocado cuando llamaba "agro-estrategia" a las líneas de programación de la televisión pública andaluza: ese aire de bar de pueblo de los años cincuenta con serrín en el suelo, zócalos verde oscuro, retrete solo para hombres con pequeñas puertas batientes, cortinas de cordón de plástico en la puerta, ruido de fichas de dominó y una radio por la que sonaban Joselito o Valderrama.

En Canal Sur la radio siempre ha sido otra cosa y aquí lo he dejado claro muchas veces. Ya sean medios públicos o privados -en España, por desgracia, en poco se diferencian- la radio ha ganado la batalla de la información y el entretenimiento digno a la televisión. También en Canal Sur. Si la televisión autonómica se pareciera a la radio mucho ganaríamos. Y ahora que Juan Miguel Vega es su director aún más. Es un andaluz serio, que no triste, y un gran, independiente y riguroso profesional. Si antes radio Canal Sur era una buena, ahora será mejor.

Sobre la televisión hay que repetir que los medios públicos tienen la obligación de la objetividad, la neutralidad, la calidad y la divulgación y fomento de la cultura. Lo habitual, en un ejercicio de doble moral, es que esto se lo confíen, tanto las nacionales como las autonómicas, a los segundos canales, innecesarios si los primeros cumplieran sus funciones. ¡Es, en principio, tan fácil! "Se te ofreció poder elegir entre la deshonra y la guerra y elegiste la deshonra, ahora también tendrás la guerra", le dijo Churchill a Chamberlain. Entre calidad y audiencia Canal Sur eligió la audiencia, y al final ha perdido las dos cosas. Apostar por la calidad, asumiendo el riesgo de una baja audiencia, a medio plazo daría sus frutos. No se trata de competir con las cadenas privadas: por eso se le inyecta dinero público. Y además en la competencia a la baja para ganar audiencia siempre les superarán quienes son maestros en ello.

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