La reina madre de Suazilandia, un pequeño país sudafricano, desembarcó ayer en Ronda con una amplia comitiva que no pasó desapercibida para casi nadie que tuvo la ocasión de cruzarse con la misma. Furgonetas negras y coches camuflados de la Policía hicieron sospechar a muchos que alguien de relevancia pública viajaba en la misma, hasta que se conformó la presencia de la monarca, que llegó acompañada de medio centenar de personas y que tuvo la ocasión de reconocer la zona monumental de la ciudad del Tajo.
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