El zoco

juan lópez cohard

La resiliencia

Cuando esto escribo estamos celebrando el día de la Fiesta Nacional de España, también se conocida como día de la Hispanidad que es esa señora, inventada por Unamuno a comienzos del siglo XX, tan amada como repudiada por algunos de sus hijos, ya sean españoles o de países hermanos de allende los mares. Celebrémosla con el mismo orgullo que Rubén Darío: "Que la raza está en pie y el brazo listo, / que va en el barco el capitán Cervantes, / y arriba flota el pabellón de Cristo".

Mientras, en la Málaga de mi alma, un nuevo debate urbanístico surge por los restos arqueológicos encontrados en las excavaciones preceptivas en el solar del ya derruido cine Astoria. El debate estalla sin apenas esperar a que los arqueólogos se pronuncien sobre la importancia de dichos restos y la conveniencia o no de construir sobre dicho solar para su preservación y exposición. Pero, independientemente de los restos de muros, cimentaciones y vasijas encontradas, lo que sí se sabe es la procedencia de los restos humanos encontrados: romanos, árabes y cristianos de cuando la toma de Málaga por los Reyes Católicos. ¡Estos sí que son memoria histórica y no la de Zapatero!

Sánchez acaba de entrar en el club de los 800.000 nuevos empleos, como todos los presidentes anteriores, y nos ha prometido alcanzar dicha cifra en tres años. Carcajada nacional. Con una caída del empleo del 8,4% y una tasa de paro del 17% y con cerca de 800.000 trabajadores en ERTE, todo lo que prometa es hablar por mentir, pero a eso ya nos tiene acostumbrados el presidente. Promesa que viene incluida en el recientemente presentado "Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía Española. En un país donde la pandemia está causando los mayores estragos sanitarios y económicos ¿qué recuperación se puede esperar a corto plazo? No hace falta ser un gran economista para colegir que, a partir de que haya desaparecido la amenaza del Covid-19, harán falta dos o tres años para alcanzar un nivel de empleo y un PIB similar al que teníamos antes de la pandemia. Si además, en eso de la transformación, el Gobierno está más empleado en temas políticos que económicos, ¿qué vamos a transformar de nuestra economía? Si en una situación catastrófica como la que tenemos, muchos de nuestros ministros están más empeñados en cambiar la monarquía por una republiqueta, que decía Felipe González, o en derribar el Valle de los Caídos en lugar de innovarlo, ¿qué transformación económica y social podemos esperar? ¿Se puede aguantar que una ministra, que gana una pasta gansa, esté dedicada a filosofar en televisión si ser hombre o mujer, esto es, si el sexo es algo genético? ¿Pero qué le habrá metido a esta mujer Pablo Iglesias? En la cabeza, me refiero.

Y la resiliencia, palabreja de moda que significa capacidad para superar situaciones adversas, o algo así. Pues de eso si que Sánchez nos debe prometer toda la que pueda, porque vamos a necesitar mucha fuerza para resistir con su Gobierno. Pero yo creo que la palabra exacta no es resiliencia, sino resilencia. Porque si que ha resilenciado bien a los medios de comunicación con esa mascarilla, fabricada con euros, que les ha dado el Gobierno.

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