Cuando ya no se sabe volver

Lo que sí muestra recochineo es el haber empezado colocando las pajareras de los radares por Málaga este

Durante la pandemia las autoridades malagueñas se encontraron ante una decisión trascendental: continuaban el desarrollo de carriles bici o invadían las carreteras transitadas por coches y motos con carriles preferentes para patinetas eléctricas y bicicletas. Cualquiera conocía la peligrosidad de esta segunda opción pero, como no había mucho tráfico en esa época, era más barato una irresponsable decisión. Y hoy seguimos inyectándole dinero y más dinero hasta la ruina final.

Actualmente conocemos los efectos del estrangulamiento que se provoca en la circulación de nuestra ciudad. Los vehículos se pasan al lado izquierdo hasta que forman una caravana. Y ésta es tan lenta que muchos pasan a ocupar la parte derecha, provocando una segunda caravana y la imposibilidad de circulación del resto. Gracias a este magnífico diseño hemos logrado, de una sola tacada, impedir una circulación fluida, elevar la polución en la ciudad y poner en peligro a ciclistas y patinadores.

El problema es que parece que nadie quiere dar marcha atrás. Y ahora llega otra nueva inversión para encarecer el proyecto: la colocación de radares en pajareras metálicas. Era de esperar que el espíritu recaudatorio saliera algún día para paliar económicamente tal despropósito, pero no tan rápido. Se supone que va a multarse a cualquiera que vaya a más de 30 Km/h por el carril reservado, pero esto puede ser muy complicado. Si alguien ha hecho el ejercicio de ir con un coche a esa velocidad por el carril derecho, habrá comprobado como le protestan los usuarios de bicicletas y patines por ir demasiado lento. Por tanto, parece que estos últimos rebasan habitualmente esa velocidad y no pueden ser identificados, porque no llevan matrícula alguna. Es probable que, en vez de resolver la situación y crear carriles seguros y segregados del resto, ahora también se les ocurra obligarles a matricularlos y cobrarles los impuestos de circulación correspondientes por usar también la vía pública. Será mejor no dar ideas.

Lo que sí muestra recochineo es el haber empezado colocando las pajareras de los radares por Málaga este. Esa zona sin carriles bici, ni metro, ni hospitales públicos, ni instalaciones deportivas municipales, ni paseos marítimos repetidamente prometidos, será pionera en las multas a sus habitantes por tratar de llegar en hora al trabajo, sin otras alternativas de movilidad. Gracias por tanto honor.

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