Como esto es una tribuna libre, me van a respetar mi opinión. Y yo opino como el inefable José Luis Martínez-Almeida: también habría destinado mi donación a salvar la catedral de Notre Dame.

Las hipótesis a día de hoy siguen apuntado a un fallo eléctrico como posible causa del triste momento de ver cómo parte de uno de nuestros grandes símbolos en Europa se ahogaba entre llamas. Nada se puede hacer contra accidentes así, y cualquier inversión sería bienvenida para restaurar parte del daño, aunque la cicatriz siempre quedará.

Nadie debería sorprenderse por su elección. Tampoco debería ser lógico que esos pequeños niños compusieran esa mueca entre incredulidad e indignación bajo su sonrisa. En un mundo más lógico y de sentido común, todos deberíamos haber elegido como el alcalde de Madrid.

Porque, en un mundo lógico, la última catástrofe del Amazonas nunca habría ocurrido. Se habrían atendido los lamentos del pulmón del mundo desde hace más de una década. Se habría concienciado a la gente para evitar la proliferación de esos pirómanos que dan vida al cuadro de Saturno devorando a sus hijos. Se pondrían los mismos esfuerzos en cuidar el patrimonio animal y vegetal que el patrimonio histórico o todo aquello que genera riqueza directa entres los empresarios. En un mundo más lógico, los niños no tendrían que escuchar aberraciones como esas. Y, por supuesto, los tipos como Almeida nunca serían alcaldes.

Porque hay mucho más de lo viralizado. El señor, para justificar su flatulencia cerebral, tiene la desfachatez de decir luego que, claro, el Amazonas "tiene mucha más concienciación". Genial. Sigamos esa teoría y prioricemos a los hombres maltratados por encima de las mujeres violadas y asesinadas, porque ellas tienen mucha más concienciación. En general, abandonemos luchas como la conciliación laboral, la equiparación de sueldos o el asunto de los inmigrantes.

Apoyemos luchas con menos concienciación como: por qué no hay jamones Joselito en los baratísimos precios del Congreso o tratamientos con el otorrinolaringólogo gratis para los contertulios chillones de Telecinco. ¡Nadie se sensibiliza con ellos, leche!

Y, no lo olviden, lo mejor que nos ha pasado ha sido entrar en la UE. Lo notamos en los sueldos, el acceso a la vivencia, la calidad del trabajo. Y en políticos que en lugar de ir a dar charlas a niños deberían haber pasado más tiempo sentados en las aulas.

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