Punto de vista

José Ramón del Río

jdel35@hotmail.com

Las tentaciones de Rivera

Ser tentado puede ser incómodo, pero supone un reconocimiento de la importancia del personaje

Al líder de Ciudadanos le tientan de continuo. Hasta N. S. Jesucristo fue objeto de tentaciones (3), pero las superó con solvencia y eso que su tentador era nada menos que Lucifer, pero se enfrentaba al hijo de Dios. Por eso, ser tentado puede ser incómodo, pero supone un reconocimiento de la importancia del personaje. Albert Ribera, por tanto, puede sentirse orgulloso de ser tentado.

Su primer tentador ha sido el hispano (catalán) francés, Manuel Valls, que pretende ser su consejero áulico y que viene de Francia a Barcelona (donde nadie le han llamado) vacunado de la extrema derecha de Le Pen, por lo cual recomienda a Rivera que no tenga trato alguno con la versión española, hasta el punto de no querer compartir ni mesa, ni habitación. Gracias a los consejos de Valls, todavía no se han aprobado los Presupuestos de Andalucía, aunque todos saben que no hay más remedio que aprobarlos, porque el voto para la investidura, sin el de los Presupuestos, vale para poco.

Las otras tentaciones le vienen al líder de Cs de parte de Pedro Sánchez y también son fuertes. Este es el más votado, pero sin mayoría absoluta y está a la espera de su investidura, sin prisa ninguna para lograrla. Es lo propio, porque sigue viviendo en la Moncloa, disfruta de sus emolumentos y también de todas las prebendas de un jefe de Estado. Quiere el líder del PSOE que le apoye Rivera, porque según como se define este partido es transversal, que quiere decir que está a gusto con la derecha y la izquierda, siempre que no exageren demasiado. Pero Rivera no quiere nada con el PSOE de Sánchez y no porque le parezca demasiado escorado a la izquierda, sino porque si acepta su invitación de apoyarle en la investidura y pactar, perderá lo que es su objetivo fundamental : ser presidente del Gobierno después de haberse convertido en el líder del centro derecha. Porque si apoya al PSOE será un lastre en sus aspiraciones, como lo fue en la segunda etapa de Adolfo Suárez la creación del Centro Democrático y Social, que posibilitó a la AP de Fraga liderar el centro derecha y ganar elecciones En conclusión: Rivera tiene que elegir entre conformar un partido de centro izquierda, capaz de pactar con unos y otros, convirtiéndose en muleta, con lo que será casi imposible que gane las elecciones y gobierne, o bien seguir su lucha para liderar el centro derecha, lo que es teóricamente posible y acaso cuestión de tiempo, y que depende de los errores del que hoy lo lidera.

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