Si actualmente hay un debate político que no se percibe en su verdadera dimensión, ese es el del proyecto de ley Trans de Unidas Podemos. Ley con la que el taimado Pablo Iglesias Turrión ha lanzado a la ministra de Igualdad a una batalla envolvente con el objetivo real de derrocar el Régimen del 78.

El asunto es obvio. Felipe es Rey en virtud de la Constitución, que antepone al varón frente a la mujer a igualdad de grado en el orden de sucesión al trono. Se lo explicaron a sus hermanas en cuanto nació, lo entendieron, y desde entonces le llaman "el rey de la casa". Después, como él solo ha tenido dos niñas (se cuenta que la Infanta Leonor ponía mohines cuando le preguntaban si quería un hermanito), le corresponde a la mayor sucederle en el trono. Y es aquí donde entra en juego el maquiavélico líder de Podemos. De aprobarse la ley Trans con su actual redacción, la infanta Sofía podría, con solo pasar por el Registro, declararse varón y cambiar el orden de sucesión, dándole un disgusto a su hermana, que le retiraría el real saludo. Lo que abriría un nuevo escenario. Viendo a su sobrina, ahora sobrino, acceder al trono que a ella se le negó por una simple cuestión de genitales, sería entonces la Infanta doña Elena la que podría tramitar su cambio de género para iniciar la reclamación legal de sus derechos sucesorios ante cualquier tribunal internacional radicado en Bélgica. Asunto que apoyaría el vicepresidente, que vería en esta situación un ejemplo más de "la falta de una plena normalidad política y democrática en España"; y situación que sería aprovechada por el pretendiente carlista al trono para relanzar, con el apoyo de Rusia, su candidatura bajo el lema "al menos conmigo veis lo que soy". Con lo que, llegados a este punto, tendríamos liada una nueva Guerra de Sucesión que solo podría acabar con la proclamación de la Tercera República ante el hartazgo todo quisque.

Si lo piensan, no es imposible. De momento, los chavales del equipo de fútbol del barrio, conocidos por no meterle un gol al arco iris, han decidido que la próxima temporada jugarán en la categoría femenina, exigiendo que no se les discrimine en la asignación de vestuarios. Cuando acaben como campeones, pedirán un nuevo cambio de género, que nada impide que sea reversible mientras no se pase por el quirófano. Con la nueva petición manifestarán a coro: "Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir".

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