Editorial

Menos titulados universitarios en Málaga

LA Universidad de Málaga ha entregado el último curso un 20% de menos títulos universitarios a sus estudiantes. Una mala noticia en la actual coyuntura económica, en la que uno de los pilares básicos para mejorar la competitividad es la mayor cualificación de los trabajadores susceptibles de incorporarse al mercado laboral. La razón de este fuerte descenso tiene varios motivos y no todos preocupantes. El primero sí lo es. La institución académica ha perdido un 11% de su alumnado el último año, porcentaje que casi se acerca al 20% si nos remontamos a los últimos ocho cursos. Además del descenso de la natalidad, la razón de este declive de los estudios superiores hay que buscarla en otras etapas educativas y en ese fracaso escolar que lleva cada año a miles de estudiantes a dejar la enseñanza tras concluir la fase obligatoria. Pero también se encuentra en la seducción del dinero fácil y el trabajo con poca preparación del que se han nutrido sectores como el de la construcción y servicios, empujados por el gran tirón inmobiliario de la última década. Un panorama que ha terminado por desequilibrar los niveles educativos. Era muy complicado a esas edades que calara el discurso de la importancia de la formación y la necesidad de progresar paulatinamente, cuando estaban al alcance y sin esfuerzo unos salarios fuera de toda lógica competitiva. Así se ha dado el caso de carreras como Ciencias, Filosofía, Informática y Telecomunicaciones que han perdido 4.600 estudiantes el último lustro. Lo peor de todo, fundamentalmente en el caso de estas dos últimas, es que son titulaciones imprescindibles para el futuro de la economía malagueña, que pasa también por las nuevas tecnologías. Los otros motivos para explicar el descenso de egresados incluso pueden ser positivos. De una parte, el hecho de que se invierta más tiempo en terminar los estudios al compatibilizarlos con el trabajo, pese al riesgo de convertir las aulas en "guarderías para la segunda edad". De otra, las exigencias de algunas facultades que también han trasladado a los aprobados su afán por mejorar la calidad de la enseñanza. La Universidad es determinante para que Málaga despeje los actuales nubarrones económicos. El porcentaje de universitarios que demanda un empleo era hasta el año pasado inferior al 7% del total de parados. No de cualquier manera, pero los titulados son ahora más necesarios. Están llamados a liderar la sociedad emprendedora que emergerá después de la crisis.

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