Cenacheriland

Ignacio del Valle

El último varadero

Quédeme embarcado con el Symphony Of The Seas en su palmera sorpresa. Buque portatrolleys para 6.780 personas. Un Las Vegas flotante y sonante. Sirena con acento de Jericó que avisaba a toda Málaga: la que reza, la que despacha al otro lado del velador y la que huye Pedrizas arriba. Bienvenidas sean las 227.000 toneladas de novedad Royal Caribbean. Un rascarquímedes de quita y pon, un emblema de tecnología, corte láser y logística sumillera.

Con la hospitalidad que nos distingue, recibimos fellinianos-amarcord tal coloso. Fotocols, el grupo Mr Propper en directo versionando a Raphael y su gran noche más el obispero de autoridades maqueadas para el telediario. Incluso fuegos artificiales hubo en santo martes.

Me asustaba el bicho tanto y tanto que al girar la cabeza recordé el astillero Nereo donde rescatan el origen de todo lo que surca la costa nostra. En Astilleros Nereo entre otras tribulaciones están armando un barco fenicio símbolo de la Marca España. Una nave con capacidad de ocho tripulantes contando timonel pluma. Vela cuadrada. 1.800 kg de carga. Trajeron los fenicios hace tres mil años mal contados la uva de Alejandría que versionamos en moscatel. Con el comercio persuasivo menearon paños, vinos, aceites y manufacturas en sus factorías.

Me pregunto cómo pueden convivir ambos mundos el de la precisión láser en la soldadura y el del cálculo a tensión de hilo de bramante. Los diques secos, ensambles modulares versus olor a viruta, tacos de maestro de hachuela y arañazo de formón. La ingeniería aeronáutica scify y la de resina de pinar. Las clavijas de madera de olivo, el pino cortado en luna menguante.

En Cenacheriland esto es posible y complementario. Pedregalejo puede ser referente de la economía azul, la arqueología industrial y la gastronomía sardinera. Los que preservan la carpintería de ribera y la metodología trasladada de generación en generación amenazada hoy por los baños de ladrillo redentor. Ambos proyectos turismo crucero y turismo antropológico forman parte del ecosistema que encaja en la economía social y circular. Nereo es una bendición de San Telmo. El eje de una forma de vida: pescadores, jabegotes... oficios de mar condenados al olvido por estorbo administrativo. Historia viva que se puede recrear para los visitantes de Málaka ¿Para qué inventarse otro parque temático si tenemos algo mucho más auténtico?

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