En tránsito
Eduardo Jordá
Te vigilamos
Es posible que sólo reaccionemos ante lo intolerable y la rebelión de las universidades contra la Guerra de Gaza sea eso: un rechazo a lo intolerable. Sobre todo, a las más de treinta y cinco mil víctimas mortales, la mayoría de ellas mujeres y niños, además de trabajadores sanitarios y periodistas. A ello se une, una situación actual caracterizada por el empeoramiento de la situación humanitaria de Gaza, con Israel cercando a más de un millón de palestinos que se refugian en Rafah y amenazando con una invasión. La inicial –y justificada- respuesta de Israel ante el ataque de Hamás, resulta injustificable ante la crueldad desplegada hasta hoy. De hecho, si no se encuentra una solución política pronto, tanto por parte de Estados Unidos, como por parte de la ONU o de la UE y la guerra se alarga las consecuencias pueden ser las de un verdadero genocidio.
El movimiento estudiantil norteamericano actual tiene poco que ver con el de los 60. Entonces, el eje de la movilización fue la Guerra de Vietnam y todavía las ideologías tradicionales, si bien se entonaba el ‘Gran Rechazo’ de Marcuse, una revuelta contra la sociedad en su totalidad. Hoy, lo que les mueve en un sentimiento de injusticia ante los horrores cometidos en la población palestina que son calificados como genocidio. Las nuevas protagonistas: la ideología woke y en las políticas identitarias. Rechazan la Realpolitik de Biden que apoya a Israel militarmente y en la ONU y luego intenta negociar una solución de paz para conquistar los votos de un nuevo mandato presidencial.
Las acampadas a los campos universitarios se han extendido a Francia, Alemania, Holanda e Irlanda y también a España. En nuestro país se ha producido una nota de la CRUE y unas primeras movilizaciones en nuestras universidades. Las universidades españolas han decidido suspender este jueves sus colaboraciones con centros israelíes que no estén “comprometidos con la paz”. Por ello, la CRUE hace suyo el sentir de los estudiantes que durante esta semana están realizando acampadas y movilizaciones en algunas universidades españolas -la Complutense de Madrid, la de Barcelona, Valencia, Málaga-. Así, como los manifestantes, reclaman la puesta en marcha de medidas que pongan “freno a la escalada de violencia que se está produciendo”.
Como consecuencia, la CRUE exige el cese “inmediato y definitivo de las operaciones militares del ejército israelí, así como de cualquier acción de carácter terrorista, y la liberación de las personas secuestradas por Hamas”. Además, también piden el respeto del derecho internacional por parte de Israel y que este permita la entrada de ayuda humanitaria en Gaza para asistir a la población civil y, con posterioridad al fin de la invasión, la puesta en práctica de medidas para una “posible la reconstrucción y recuperación del territorio palestino”. Igualmente, los rectores también se comprometen a velar por un ejercicio de la libertad de expresión sin conductas “igualmente reprobables” de antisemitismo o islamofobia, además de eliminar “cualquier otro comportamiento de odio en el seno de las comunidades universitarias”.
En Estados Unidos el movimiento estudiantil tenía en contra a las universidades y a los conservadores, aquí el movimiento tiene el apoyo de los rectores que con su nota han tomado posición en el conflicto y han dado su apoyo a los estudiantes y a las universidades. Sea como sea, esto acaba de comenzar y llegue donde llegue esto, la universidad se mueve.
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