Lo veo y subo

En los pactos, como en el póker, con buenas cartas o decisivas, las apuestas hay que verlas; y subirlas

Estamos en plena partida de póker de pactos entre partidos. Rivera, que lleva la mejor mano, tiene que hacer cálculos a diestro y siniestro para no pasarse con los faroles. Circula por Twitter esta sospecha de MJ: "Los que votáis a Ciudadanos lo hacéis por el suspense, ¿no?" Lo terrorífico cae en Vox, al que todos tienen interés en ningunear: el PP porque es su rival directo, Cs para posar de exquisito, el PSOE para abducir a Cs, etc.

La intención es poner a Abascal en el trágala andaluz de tener que votar a ciegas unos gobiernos que ni va a sentarse a pergeñar. Objetivo: exprimir los votos de Vox a la vez que desincentivar los votos a Vox. La reacción voxera es exigir, cargados de razón, que les hagan un hueco en la mesa de negociaciones. Error. De tan elemental, esa exigencia queda ridícula: "La queja -advirtió Gracián- trae descrédito". Se corre el peligro, además, de que parezca que con una foto sentaditos se darían por satisfechos. Si la apuesta es excluirlos, Vox debería verla.

Y subirla. Explicando que ellos no tienen necesidad de alternar con nadie. Dar una lista de puntos básicos que, si se recogen en cualquier pacto de gobierno, conllevarían su apoyo automático. Tendrían que ser pocos y específicos. En Andalucía Vox se equivocó al presentar un documento muy extenso de líneas rojas donde, con los aciertos, se mezclaban deseos, declaraciones de principios y minucias polémicas. La lista actual tendría que partir del amplio consenso entre los votantes de los tres partidos e introducir pequeños avances propios para un cambio de paradigma: bajada de impuestos, libertad educativa, austeridad burocrática, desideologización, defensa de la familia, fomento de la natalidad y, por supuesto, puestos de responsabilidad en los nuevos gobiernos en la exacta proporción de su contribución. Ahí sí que hay que sentarse.

La opinión pública percibiría perfectamente, primero, que Vox no pide ningún disparate ni nada inconstitucional; segundo, que si no se acepta su propuesta es o porque no quieren bajar los impuestos o por estrategias partidistas y, por último, que Vox no viene para pruritos de pundonores, sino para sacar mejoras adelante. Encima, el partido de derecha podría rematar: "Si no os apetece cambiar ahora los gobiernos de izquierdas, siempre podréis hacer una moción de censura a la que, con este mismo compromiso, nos apuntaríamos ¡sin ninguna reunión!" Y a verlo.

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