Las cuatro esquinas

R. Garrido / Málaga

La falta de viento eleva la sensación térmica por encima de los 20 grados

Las temperaturas alcanzadas en los últimos días están más de tres grados por encima de la media del mes de enero

Los malagueños disfrutaron ayer de un día típicamente primaveral, a pesar de estar pleno mes de enero. Los termómetros marcaron una temperatura cercana a los 20 grados en toda la costa, algo fuera de lo normal en un mes en el que la media térmica se sitúa en los 16,5 grados.

Los paseos marítimos del litoral malagueño presentaban ayer un lleno absoluto. Fueron muchas las personas que no quisieron desaprovechar el buen tiempo que se ha instaurado en la provincia en los últimos días gracias a un anticiclón que se mantendrá previsiblemente durante toda la próxima semana.

La máxima en la capital malagueña fue ayer de 19,2 grados, una temperatura muy similar a la que se registró en el resto del litoral. La ausencia de viento y de nubes hicieron, sin embargo, que la sensación térmica fuera mayor que en los días previos, a pesar de que el viernes se llegó a alcanzar una máxima de 20.

No es lo habitual, pero el Centro Meteorológico de Málaga prevé que las altas temperaturas se mantengan en los próximos días en torno a esos valores en las zonas costeras gracias a una situación anticiclónica que tan sólo podría verse empañada por algunos intervalos nubosos propios del viento de levante. En el interior tampoco se librará de las primaverales temperaturas durante los próximos días, aunque no se espera que pasen de los 17 grados en las comarcas de Antequera y Ronda.

El comienzo del año ha estado marcado por las escasas precipitaciones y las cálidas temperaturas en toda la provincia. Como en años anteriores, ha llovido poco y aún se está lejos de alcanzar la media pluviométrica de enero que se sitúa en los 83 litros por metro cuadrado en Málaga capital.

En lo que va de invierno, no se ha producido ninguna ola de frío en la provincia, a diferencia del año pasado cuando durante la Navidad se produjo una drástica bajada de las temperaturas y precipitaciones que dejaron un manto de nieve en los puntos más altos.

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