El voto refugio socialista

Nadie discute que los socialistas serán los grandes beneficiados del anunciado desastre morado

No parece que el doctor Sánchez vaya a pasar a la historia como un gobernante excelente, y en su corta trayectoria política sus andanzas tienen más postureo que otra cosa pues gobernar, lo que se dice gobernar, tampoco lo ha hecho demasiado. En su mandato hay mucho de sobreactuada presencia institucional, y pesa más la forma sobre el fondo, lo accesorio sobre lo sustantivo, lo inmediato sobre lo permanente. Y sin embargo, ahí está, manejando el barco en medio de la tormenta, poniendo rumbo al 28-A con la tenacidad propia de un aventurero acostumbrado a encarar el riesgo.

Las últimas encuestas, y no precisamente amparadas por el arbitraje casero del amigo Tezanos, lo ponen claramente en ventaja en la carrera electoral ante la incredulidad del respetable. Pero este tío, claman descolocados en el bar mientras hojean con sus gafas de cerca el manoseado periódico de gañote, al que le ha tocado la Presidencia en una rifa, despreciado por la cream del partido, capaz de pactar con quien haga falta, que copió una tesis por la cara y presenta un libro que ni siquiera ha escrito… Pero, repiten alzando la voz para que se entere el último de la barra, ¿este tío va a ganar las elecciones?

Casi con toda seguridad, les respondemos. ¿Y cómo es eso? Porque por razones que van sobre todo desde una habilidad poco reconocida a las cuitas y torpezas de sus adversarios, la papeleta del PSOE tiene toda la pinta de poderse convertir en el voto refugio de mucha gente, la salida menos traumática para ese votante medio que huye de los delirios podemitas, pero no acaba de ver en Madrid el ensayo andaluz. Nadie discute que los socialistas serán los grandes beneficiados del anunciado desastre morado, igual que pocos han entendido el giro conservador de Rivera, empeñado en acallar a banderazos su criticado papel de socio poco fiable.

Y por si esto no fuera bastante, recibe el regalo de la foto de la plaza de Colón para enseñarla como un trampantojo contra las políticas regresivas de la malvada derecha, que además acudirá troceada a las elecciones, con el hándicap electoral que ello supone. A los mensajes catastrofistas de Casado y compañía, muchos viernes sociales y saltitos en manifestación. ¡Otro Zapatero! Grita el del bar mientras cierra el periódico amortizado con manifiesto enfado. Y puede que tenga razón, aunque yo creo que éste es bastante más listo que el otro.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios