Una vuelta por Europa

Está bien escapar de vez en cuando de las obras del Metro y de los líos acumulativos en la Gerencia de Urbanismo

He pasado la mitad de la semana en la localidad francesa de Estrasburgo invitado por el Parlamento Europeo. El miércoles se celebró el último debate sobre el Estado de la Unión Europea de la presente legislatura, porque en mayo también habrá elecciones, que en España coinciden con las municipales. Hay temor a una baja participación en esos comicios y entienden que la prensa local y regional, menos polarizada por la pugna política española que la prensa nacional puede ser un buen vehículo para movilizar el electorado.

En el horizonte la posibilidad de que ese escaso interés facilite la entrada en la Eurocámara de más diputados de grupos extremistas que en condiciones normales. Ya se estima que hay opciones de que accedan a los escaños más de un centenar de diputados eurófobos.

Dos días muy intensos de seminarios sobre la inmigración, las negociaciones del Brexit, los fondos de cohesión para las regiones o la política agraria común, de la que tanto sigue dependiendo el campo andaluz. Además de asistir al hito de que el Parlamento active un artículo de su tratado fundacional sólo previsto para aquellos países que no respeten las libertades fundamentales. El caso del Gobierno de Hungría. Aunque es posible que todo quede en un gesto. El organismo que tras estudiar el escenario, dar audiencia al afectado, emitir directrices para que corrija los supuestos desmanes, debe dictar la sentencia, es decir enseñarle la puerta de salida al dejarle sin voto en todas las decisiones que tome la UE, es el Consejo Europeo, la entidad que aglutina a todos los gobiernos de los 28 Estados miembros. Y como el dictamen debe adoptarse por unanimidad, ejecutivos como el polaco, más radical incluso que el húngaro, no parece que vaya a permitir sanción alguna.

Está bien de vez en cuando escapar de las obras del Metro y los líos acumulativos de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Málaga y acercarse al corazón europeo para conocer cómo se pone freno a estos populismos y nacionalismos que recorren el Viejo Continente. Qué alternativas hay para los jóvenes. Cómo se afronta la inmigración, con China tomando posiciones en África a costa de la influencia europea. Qué se dice del reto tecnológico en la cuna en la que nació internet. El debate sobre la necesidad de una política exterior con una voz o una defensa estratégica una vez que el enemigo Trump ha enterrado al amigo americano.

Pero aunque se abra el foco, las miserias humanas son similares. A estas alturas sólo hay mirada hacia las urnas y temor a que cualquier paso arriesgado reciba un castigo electoral. Los diputados, con tres asesores cada uno, más preocupados por si repetirán en las listas. El Parlamento, un Pepito Grillo que se queja de que los gobiernos frenan sus iniciativas. Poco distinto a Málaga.

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