¡Qué vuelva el Preu!

Yo no hice el Preu, pero ya está bien de asignaturas vacuas y de jugar a lo políticamente correcto

Anda por estas fechas revuelto el personal implicado en la enseñanza por mor de los exámenes que se llevan a cabo en las asignaturas cuatrimestrales de la universidad. No sé qué habilidad tiene este mundillo de la enseñanza que ha logrado que nadie esté satisfecho: ni los profesores, ni los alumnos, ni los padres de éstos. Cada sector involucra al otro, cuando lo más seguro es que sea un poco culpa de todos. Y en ello tiene mucho que ver la administración, con unos planes de estudio demenciales de los que no era previsible obtener resultados mejores.

Tengo varios amigos profesores universitarios de Geografía e Historia que, en plena vorágine de corrección de exámenes, se lamentan del bajo nivel de los estudiantes, de la poca capacidad expresiva y de las faltas de ortografía. Y estamos hablando de alumnos universitarios de Humanidades. ¡Qué será de otras ramas del saber! Pues lo mismo, lo que pasa es que en las Facultades de Letras la cosa chirría más. Pero qué otra cosa cabría esperar si el acceso a los grados de Filología, Geografía, Historia del Arte o Filosofía admite las notas de corte más bajas. El alumnado que se recibe, salvo las lógicas excepciones, es el que ha obtenido el mínimo exigible en el absurdo baremo de la selectividad.

El principal problema se plantea en la Enseñanza Media. Lo que forma ciudadanos cultos son los estudios preuniversitarios. La absurda dicotomía entre ciencias y letras no consigue más que científicos iletrados y filólogos e historiadores que solo saben de una pequeña parcela de su propio mundo. Yo, que hice el Bachiller de cuarto y reválida y sexto y reválida, opté por las ciencias, pero tuve hasta mi llegada a la Universidad dos años de Latín, Historia del Arte, Historia Universal y Literatura hasta COU. De la misma forma, los de letras recibían clases de Matemáticas o Ciencias Naturales, de lo cual no creo que nadie se haya arrepentido.

En la Secundaria está la clave y ella dará el nivel cultural de un país. Cerebritos habrá siempre e irán bien solos, independientemente del sistema, pero el resto del alumnado no saldrá de su incultura por muchas titulaciones que consiga. Con el permiso de los señores pedagogos, me acojo a mi derecho a opinar como parte interesada por tener hijos en la universidad. Yo no hice el Preu, pero ya está bien de asignaturas vacuas y de jugar a lo políticamente correcto. Así nos va.

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