Finalizó ayer en Madrid una nueva edición de la Feria Internacional del Turismo (Fitur) en la que Andalucía ha vuelto a contar con un amplio protagonismo, como corresponde a su importancia como destino a nivel mundial. Según datos oficiales, la comunidad recibió el año pasado a 30,6 millones de turistas, que reportaron unos ingresos de 21.000 millones de euros, un 2,6% más que en el ejercicio anterior. Las cifras apuntan a que en los establecimientos hoteleros se alojaron 18,8 millones, lo que supone un 1,9% más que en 2017, hasta llegar a los 53,2 millones de pernoctaciones, un 1,2% más que en el ejercicio anterior. Todo ello se tradujo en 400.000 personas ocupadas en este sector, un 4% más que el año pasado. En definitiva, un sector estratégico de primer orden para la economía andaluza que hay que seguir cuidando, renovando y preparando constantemente ante los continuos retos y una mayor competencia y exigencia por parte de los consumidores. Andalucía tiene que seguir compitiendo en el panorama turístico mundial como un destino de calidad, no de precio; de variedad, no centrado sólo en el sol y la playa; cultural, poniendo en valor al mismo tiempo su rico patrimonio, y sostenible, como ejemplo de respeto al medio ambiente. Todo ello se ha puesto de relieve, un año más, por estas fechas en Fitur, un escaparate en el que en esta edición se ha podido visualizar el reciente relevo en el Gobierno de la Junta de Andalucía. La de Turismo es desde hace tiempo una consejería clave en el Ejecutivo autonómico, pues dirige las políticas de una de las principales fuentes de riqueza y empleo de los andaluces. Y así debe seguir siendo, independientemente del color político de quien gobierne, quedando al margen de las disputas entre partidos. En la nueva legislatura que ahora comienza es importante que se siga considerando el turismo como una herramienta para el crecimiento de nuestra comunidad y sea un elemento que sirva para unir a las diferentes fuerzas políticas y a los propios andaluces, principales vendedores de las excelencias de esta tierra. Hay que seguir avanzando y, al mismo tiempo, consolidando la imagen de destino de calidad que, con esfuerzo, ha conseguido Andalucía. Es la única forma de que quienes nos visiten decidan volver. Porque si bien las cifras logradas el año pasado son difíciles de superar, también lo es que nuestra comunidad aún puede mostrar muchos más encantos y alcanzar mayores estándares de excelencia.