Andalucía: el momento de la responsabilidad

Los andaluces pidieron cambio en las urnas. Calentar el ambiente antes de que se constituya el Gobierno es una irresponsabilidad

Apenas cuarenta y ocho horas antes de que, muy probablemente, el popular Juanma Moreno sea investido como presidente de la Junta de Andalucía por el Parlamento que representa a todos los ciudadanos, la todavía presidenta en funciones, la socialista Susana Díaz, ha difundido una dura carta en la que llama a "combatir a la derecha que ha blanqueado y dado protagonismo en las instituciones al franquismo político". Aunque la también secretaria general del PSOE andaluz reconoce que "nos toca estar en la oposición", porque "la aritmética electoral lo hace posible", todo el texto es un durísimo alegato contra un futuro Gobierno que aún no se ha constituido. Susana Díaz acusa a los dos partidos que formarán el Ejecutivo, PP y Cs, de "poner en riesgo las bases de nuestra convivencia anteponiendo exclusivamente sus ansias de poder". Asimismo, asegura que "la ética y la decencia política de estas dos formaciones quedan muy en entredicho" y denuncia que "la derecha, en sus distintas variantes, quiere desmontar nuestra autonomía". Por lo tanto, avisa a la "mayoría de progreso" para que se movilice "contra la extrema derecha". Con este documento, Susana Díaz ya deja claro cuál va a ser el tono de su labor como jefa de la oposición en el Parlamento andaluz: la descalificación gruesa del Gobierno y la agitación permanente, incluso en la calle si es preciso, como ya se está viendo. Susana Díaz tiene derecho a ejercer la oposición de la forma que ella considere oportuna, pero debería hacer oídos sordos a los que le están aconsejando endurecer el discurso hasta extremos panfletarios. La mayoría de los andaluces votaron el pasado 2-D por alguna de esas tres opciones (PP, Cs y Vox) que ahora descalifica de manera tan burda la todavía presidenta de la comunidad y, como mínimo, se merecen un respeto. Decir que Juanma Moreno o Juan Marín quieren acabar con la autonomía o el Estado de Derecho es, además de falso, un exceso verbal impropio de un dirigente democrático moderno. Ni siquiera se le pide a la líder socialista que guarde los antiguamente habituales 100 días de cortesía antes de iniciar una crítica sistemática al nuevo Gobierno; simplemente que mida la intensidad de sus palabras y que no añada más crispación a una vida política que da señales de sobreexcitación. Los andaluces pidieron cambio y lo va a haber. Calentar el ambiente antes de que se constituya el Gobierno es una grave irresponsabilidad y un error que Susana Díaz puede acabar pagando.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios