Bruselas avisa, España debe reaccionar

El empeoramiento económico que la CE apunta debe llevar al Gobierno a dialogar y pactar recetas que ayuden a la reactivación y no que la entorpezcan

Las previsiones económicas de verano hechas públicas el pasado martes por la Comisión Europea (CE) empeoran el impacto que la pandemia del Covid-19 tendrá sobre el Producto Interior Bruto (PIB) de España. En apenas dos meses, Bruselas eleva el deterioro de la economía española en un punto y medio en términos anuales, hasta dejar la contracción para 2020 en el -10,9%. El daño es mayor que el inicialmente previsto y se cebará en el mercado de trabajo. El comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, sostuvo al presentar los datos que el paro sufrirá un incremento muy importante y advirtió de que será aún mayor cuando el Gobierno deje de prorrogar los ERTE que han ayudado a mantener empleados a miles de trabajadores. También la OCDE señaló el martes que España sería una de las economías desarrolladas más afectadas por la crisis generada por la paralización obligada por el coronavirus y situó sus previsiones de tasa de paro por encima del 20%. La CE señala que el rebote de la economía tras la reactivación, que empezará a notarse en el segundo semestre de este año y en 2021, no será suficiente para recuperar los niveles previos a que se decretase en el estado de alarma. Además, señala que el sector servicios, que representa más del 12% del PIB, seguirá estando afectado por las restricciones que aún permanecen para evitar contagios. Todos estos avisos de Bruselas son realmente relevantes y deben hacer que España reaccione con prontitud y que el Gobierno aplique recetas que ayuden a la reactivación económica y no a lo contrario. Otorgar mayor rigidez al mercado de trabajo, derogando una reforma laboral que demostró en la salida de la anterior crisis que ayuda a crear empleo, no es lo más adecuado si el desempleo supera cotas del 20%. Tampoco elevar la carga fiscal de inmediato, en el Presupuesto de 2021, parece acertado. Aunque es cierto que hay que financiar el aumento de gasto provocado por el Covid-19, no debería elevarse la presión fiscal hasta que haya signos claros de recuperación y eso no sucederá antes del fin del año venidero. Esta situación exige diálogo y consenso, tanto social como político. Porque salir de la crisis unidos no puede ser sólo un lema.

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