Evitar una guerra comercial

Mejor esperar a una negociación con EEUU que responder con nuevos aranceles que desaten una guerra comercial

La reciente decisión de Estados Unidos sobre los aranceles impuestos a los productos europeos -entre éstos, bastantes españoles- ha sido acogida por las autoridades de Bruselas con una sensación agridulce. Ya que si, por un lado, Estados Unidos no agrava el castigo, tampoco lo alivia. Básicamente, ha sacado algunos productos griegos e ingleses del listado, pero ha introducido otros. Por lo que respecta a España, se mantienen con la misma fortaleza aquellos que gravan las exportaciones de aceite de oliva, aceituna de mesa y vinos. Ante ello, el Gobierno francés ha pedido que la Unión Europea responda con sanciones. Creemos que ése no es el camino y que la congelación de los aranceles debe ser entendida, al menos en un primer momento, como una oportunidad para alcanzar un acuerdo. Hay que recordar que la Organización Mundial de Comercio (OMC) tiene aún pendiente su resolución sobre las ayudas públicas a Boeing, y esto puede ser moneda de cambio en una futura negociación. Las sanciones de Estados Unidos a nuestros productos proceden del posicionamiento de la OMC sobre las subvenciones de varios países -España entre ellos- al consorcio Airbus. Lo disparatado de la respuesta es que Washington optó por castigar productos agroalimentarios. El Gobierno español y Airbus han modificado los créditos del consorcio, de ahí que el Ejecutivo de Pedro Sánchez haya reaccionado con disgusto a la decisión norteamericana. En unos momentos en los que el comercio mundial está gravemente resentido a causa de la pandemia, aún duelen más los 7.500 millones de dólares con los que EEUU castiga a los productores europeos. El cálculo en el campo español es que ya ha perdido 200 millones de euros y la factura sigue subiendo. Mercados como el de la aceituna de mesa están, prácticamente, perdidos. También hay que considerar que en noviembre hay elecciones presidenciales en EEUU y que un cambio de administración podría traer aparejada una modificación de las relaciones comerciales con la UE.

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