Gobierno de España: la bronca que no cesa

Los ministros del PSOE y Podemos ya no se molestan siquiera en ocultar sus continuas peleas políticas. Los ciudadanos asisten atónitos al bochornoso espectáculo

Los comentaristas políticos han jugado una y mil veces con la famosísima afirmación de Pedro Sánchez de que no dormiría tranquilo si tuviese como socio en el Gobierno a Pablo Iglesias. El presidente del Ejecutivo dijo esta desafortunada frase en un contexto político muy diferente al que, poco después, le obligó a buscar un pacto precisamente con el líder de Podemos que, si bien le ha permitido seguir en la Moncloa, también le ha dado más de una mala noche. Porque a estas alturas ya se puede decir que el llamado Gobierno de progreso por sus partidarios -Ejecutivo Frankenstein por sus adversarios- está sumido en una continua bronca interna que sus integrantes ya ni siquiera se molestan en disimular. Dicho malestar ha aumentado en los últimos días cuando se ha hecho evidente que el PSOE de Sánchez se está comiendo a un radicalizado Podemos y que ya se permite el lujo de ningunearlo públicamente al pactar con Ciudadanos cuestiones como la malograda moción de censura de Murcia. Ésta es una de las claves -pero ni mucho menos la única- para entender una deslealtad como la del vicepresidente Iglesias, que se permite anunciar su próxima salida del Gobierno sin avisar previamente al jefe del Ejecutivo. Asimismo, también estamos asistiendo a un recrudecimiento de las descalificaciones por parte de algunos líderes de Podemos (y de sus antenas mediáticas) a las ministras socialistas menos proclives a su izquierdismo, como son Carmen Calvo, Nadia Calviño o Margarita Robles. Cuestiones como la Ley Trans o, en estos días, la Ley de la Vivienda, están visualizando muy claramente hasta qué punto el ambiente dentro del Consejo de Ministros es irrespirable y ya son muchos los que empiezan a plantearse si no sería mejor ir pensando en convocar elecciones generales. Pedro Sánchez lo hará cuando más convenga a sus intereses electorales, algo para lo que primero habrá que ver los resultados de las autonómicas de Madrid. Mientras tanto, los ciudadanos tendremos que seguir asistiendo atónitos al bochornoso espectáculo de un Gobierno que parece más preocupado de sus peleas internas que en solucionar los problemas de todos. Que son muchos y muy graves.

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