Nuevas estrategias para nuevos incendios forestales

Ya no se trata tanto de buscar más medios para la extinción, sino de mejorar y actualizar la gestión forestal de los montes

En lo que va de año ya han ardido en Andalucía 9.500 hectáreas de terrenos forestales, que es una cifra muy superior a la de años precedentes. Sin embargo, el número de conatos y fuegos detectados se mantiene en la media, lo que demuestra que hay una mayor tendencia a que algunos de estos siniestros se conviertan en lo que se llaman incendios de sexta generación. Son fuegos que generan su propia dinámica meteorológica, con la aparición de pirocúmulos, que avanzan a velocidades extraordinarias y que generan llamas de hasta 30 metros, lo que impide la actuación de los bomberos forestales. El de Sierra Bermeja del verano pasado es un ejemplo de ello. Esta tipología es la que en 2022 se ha visto en comunidades poco habituadas a los incendios forestales, como Castilla y León, donde en un solo siniestro -el de la Sierra de la Culebra- se quemaron algo más de 30.000 hectáreas. Andalucía cuenta con uno de los mejores servicios de extinción y prevención que hay en el mundo, el Infoca, que es fruto de las terribles experiencias de la década de los años ochenta y mediados de los noventa. Pero ahora hay que avanzar en una nueva dirección que nunca tendría que haberse minusvalorado, la de la gestión de los espacios forestales, tanto públicos como privados, y la de aquellas zonas intermedias entre el monte y el espacio urbano. Como España, Andalucía ha ampliado su masa forestal, lo que de un lado es una buena noticia, pero eso también significa que hay más materia vegetal incendiable. La expansión territorial de las urbanizaciones también ha provocado que las zonas de peligro aún sean mayores. Ya no se trata tanto de buscar más medios para la extinción, sino de mejorar la gestión de los montes. Esto debe ser una obligación del Gobierno andaluz, cuyo presidente viene mostrando especial interés por la situación medioambiental de la comunidad. Dos consejerías, Agricultura y Medio Ambiente, están concernidas a afrontar este reto para los próximos años.

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