Podemos se alinea con los independentistas en Europa

El voto de Podemos en el Parlamento europeo en contra de levantar la inmunidad a Puigdemont supone señalar a España como un país sin garantías ni libertades

La democracia española y su Justicia recibieron ayer un importante espaldarazo por parte del Parlamento europeo, institución que ha decidido levantar la inmunidad del ex presidente de la Generalitat Carles Puigdemont, con 400 votos a favor, 248 en contra y 45 abstenciones, y con sufragios casi idénticos en los casos de los ex consejeros catalanes Antoni Comín y Clara Ponsatí (404 a favor, 247 en contra y 42 abstenciones). Aunque esperado, el resultado de la votación ha sido todo un éxito para el Estado de derecho español, pues gran parte de la estrategia independentista en el exterior ha consistido en intentar presentar a nuestro país como una democracia fallida en la que no se respetan los más elementales derechos democráticos y de la que los políticos como Puigdemont no han tenido más remedio que exiliarse para defender sus posturas. La decisión del Parlamento despoja a Puigdemont, Comín y Ponsatí de la pretendida aureola de perseguidos y represaliados con la que los independentistas quieren presentarlos al mundo. Queda claro, por tanto, que son presuntos responsables de un delito de sedición -delito por el que muchos de sus compañeros del procés ya han sido condenados- y que como tales tienen que responder ante los tribunales españoles, que cuentan con todas las garantías democráticas. Sin embargo, la votación del Parlamento europeo deja el inquietante titular de que Podemos, partido que, no se olvide, forma parte del Gobierno, ha apoyado con su voto las tesis de los independentistas, intentando dejar a la Justicia y al conjunto de la democracia española en evidencia. Podemos vuelve a dejar claro, una vez más, que considera a Puigdemont como un exiliado político, lo que significa señalar a España como un país sin libertades ni garantías judiciales. Asimismo, el voto de Podemos evidencia las importantísimas diferencias que mantiene respecto a la cuestión catalana con sus socios de Gobierno del PSOE. No estamos hablando de una discrepancia menor. El catalán es hoy es uno de los principales problemas del país y lo mínimo que se pide a un Ejecutivo es unidad de criterio en dicha cuestión. Pedro Sánchez debería tomar nota.

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