La Selectividad y la igualdad de oportunidades

Una Selectividad igual para toda España es, hoy por hoy, improbable, pero sí se podrían unificar los exámenes de algunas materias

El examen de acceso a la universidad, conocido popularmente como Selectividad, se ha visto acompañado este año por el debate de si debería existir una sola prueba para todo el territorio nacional en vez de una por comunidad autónoma, como se hace en la actualidad. La discusión se ha generado después de que los estudiantes valencianos denunciasen que el control de Matemáticas de esta convocatoria ha sido de una dificultad excepcional, lo que podría perjudicar la media final de sus calificaciones y, por lo tanto, situarlos en una condición de inferioridad frente a sus compañeros de otras regiones españolas. Es evidente que a la hora de optar a una plaza en una carrera de reconocido prestigio, sea en una universidad pública o privada, una pequeñísima variación en las notas puede marcar la diferencia entre conseguir entrar o quedarse fuera, por lo que la reclamación de los alumnos valencianos no debe ser tomada a la ligera. Ante todo, tenemos que ser muy conscientes de que estamos hablando de un asunto que decidirá la vida futura de muchos jóvenes, que pueden ver sus expectativas profesionales y vocacionales frustradas.

En principio, todo podría solucionarse con la propuesta que ya se ha puesto sobre la mesa de hacer un solo examen para todo el territorio nacional, lo que garantizaría la igualdad de oportunidades entre todos los estudiantes españoles. En este sentido ya se ha manifestado el actual consejero de Educación de la Junta de Andalucía, Javier Imbroda, quien se mostró convencido de que dicho control único "será fruto del consenso de todos". Pero éste no es un objetivo fácil de alcanzar en la España de las autonomías, en la que muchas de las regiones tienen las competencias en educación, con materias cuyos currículos no siempre coinciden. También hay que tener en cuenta las muchas susceptibilidades que se levantarían en las regiones más celosas de su autogobierno e identidad cultural, como el País Vasco o Cataluña, que por sistema boicotean cualquier iniciativa unificadora. Hoy por hoy, se puede decir que dicha prueba única es un desiderátum. Sin embargo, sí sería posible ensayar algún tipo de cooperación entre las regiones para que, al menos en las materias más objetivables, como las Matemáticas, la Física o los idiomas, sí se produjese algún tipo de unificación que garantizase una mayor igualdad de oportunidades entre los estudiantes del territorio nacional. Sólo es cuestión de voluntad política. El beneficio sería para todos.

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