Unidos por España y la Constitución

Uno de los grandes logros de la manifestación de ayer fue la imagen de unidad del bloque constitucional

Tras el éxito de la manifestación del 8 de octubre, que marcó un antes y un después en la movilización ciudadana contra el independentismo, cientos de miles de personas volvieron a marchar ayer en Barcelona para apoyar la aplicación del artículo 155 en Cataluña y defender la unidad de España. Acciones de este tipo son muy necesarias por varias cuestiones. La primera es para mostrar que el bloque constitucionalista tiene alma y no es una simple maquinaria burocrática que sólo pide la aplicación de la ley sin mayores consideraciones éticas y políticas. Antes que nada, el movimiento que lidera Sociedad Civil Catalana -que convocaba la manifestación- es una respuesta contundente, razonada y pacífica a las mentiras y artimañas de un independentismo que, aunque se empeñe, apenas puede ocultar su condición identitaria y antisolidaria. Los manifestantes de ayer no eran ni fríos leguleyos ni rabiosos ultraderechistas, como los suelen pintar los medios afines al nacionalismo, sino ciudadanos orgullosos de su triple pertenencia a Cataluña, España y Europa que no quieren quedar al albur de un independentismo identitario que se dedica a señalar y perseguir civilmente a los que no piensan igual que ellos y que no tiene ningún empacho en vulnerar las leyes y las normas democráticas más elementales para conseguir sus objetivos.

Uno de los grandes logros de la manifestación de ayer fue la imagen de unidad del bloque constitucional. En esta ocasión se contó con la presencia oficial del PSC y de su primer secretario, Miquel Iceta, piezas fundamentales en la articulación de una respuesta democrática al independentismo. Ver a los líderes del socialismo catalán hombro con hombro con los de Ciudadanos y PP, entre un mar de banderas de España y de Cataluña, no es una imagen habitual e indica hasta qué punto es grave la situación. Ayer, todo el mundo estuvo a la altura. Esta unidad dentro de la pluralidad de los constitucionalistas quedó muy clara también en la nómina de intervinientes. Prestigiosos personajes de las más diversas tendencias ideológicas como el comunista Francisco Frutos, el popular Josep Piqué -en un mensaje grabado- o el socialista Josep Borrell comparecieron unidos a grandes intelectuales y académicos como Teresa Freixes o Félix Ovejero, entre otros. Todos hicieron unos discursos llenos de razonamientos y argumentos, pero también con las dosis de emoción y contenida pasión que son necesarias en las movilizaciones civiles.

La manifestación también fue importante porque volvió a enseñarle al mundo que la mayoría social catalana está en contra de la secesión. Cierto es que el apoyo internacional a la unidad de España se ha mostrado de forma apabullante estos días, pero nunca está de más recordar al mundo que su respaldo no debe responder sólo a motivos de tranquilidad geoestratégica y económica, sino también a una cuestión de justicia. No se puede entregar un territorio a unos sediciosos que, además de saltarse la ley, no representan a la mayoría del pueblo al que dicen representar.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios