Urge un pacto de rentas

Los precios siguen creciendo más en Andalucía que en el conjunto de España, donde, pese a una leve moderación, sigue aumentando la inflación subyacente

La inflación ha vuelto a confirmarse en agosto como el principal problema que asfixia la economía de ciudadanos y empresas. El Instituto Nacional de Estadística (INE) corrigió el pasado martes el dato que había adelantado el 30 de agosto en una décima, hasta elevarlo al 10,5%. Eso supone que el incremento del coste de la vida se moderó algo, pero menos de lo anunciado dos semanas antes: tres décimas. La situación es aún peor en Andalucía. La variación del Índice de Precios al Consumo (IPC) fue del 10,9% en la tasa interanual en el octavo mes del año. También supone una moderación de tres décimas, pero el dato confirma que se consolida que el aumento de los precios está afectando a la comunidad autónoma aún más de lo que ya altera al conjunto de la economía nacional. Pese a que la moderación del IPC general pueda considerarse una evolución positiva aunque insuficiente, otro dato extrema la preocupación. La inflación subyacente, que es la que no incluye los precios de los alimentos frescos y de la energía, sigue desbocada. En agosto fue del 6,4% en el ámbito nacional, tres décimas más que en julio y el peor registro desde enero de 1993. Ello significa que la inflación importada, sustancialmente por el alza de la energía, afecta cada vez más al conjunto de la cesta de la compra. Dicho de otro modo, la merma de las rentas sigue avanzando incluso en un mes en el que componente del IPC que más se redujo fue el del transporte, por la caída de los precios de los carburantes. Los alimentos y bebidas no alcohólicas y la vivienda -que incluye suministros como la electricidad- son los que más presionan. El problema es grave y urge atajarlo, precisamente con un pacto de rentas que evite efectos de segunda ronda. Por ahora hay moderación salarial, pero también demanda sindical de mayor incremento. Indexar los sueldos al IPC real sería un error que agravaría el problema. El Gobierno central ya acepta rebajar impuestos que gravan el consumo donde hay exceso de recaudación, una medida en la dirección correcta para paliar esta crisis.

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