Cinco partidos nacionales en la línea de salida

Con cinco partidos que se reparten el 80% del Congreso no caben las líneas rojas, porque los pactos son necesarios para la gobernación

Por primera vez en nuestra historia, cinco partidos nacionales iniciarán la campaña electoral con grandes posibilidades de alcanzar diputados suficientes para armar grandes grupos parlamentarios. Aunque el PSOEparte con cierta ventaja demoscópica, tal como se indica en el sondeo de Metroscopia que hoy publicamos, hay una batalla muy disputada por el segundo y el tercero puestos, y la duda de si los partidos que han promovido el cambio en Andalucía pueden sumar una mayoría suficiente de Gobierno. Las elecciones generales del 28 de abril se plantean, de este modo, con un esquema similar al andaluz, aunque el PSOE federal sí tiene abiertas las vías de diálogo con Unidos Podemos y los partidos nacionalistas e independentistas. Ante esta campaña y, en especial, de cara a la formación posterior del Gobierno, cabe decir que el final del bipartidismo que se ha consolidado es incompatible con las líneas rojas y los denominados cordones sanitarios. Si entre cinco partidos de ámbito nacional se reparten el 80% de los diputados del Congreso sin ninguna mayoría clara, lo que se impondrá no son gobiernos de dos partidos, sino de tres, por lo que es inútil, y no deseable, establecer estas premisas de bloqueo. A lo que venimos asistiendo es a una radicalización, no ya de las posturas de los partidos, sino de las relaciones personales entre los líderes de las principales formaciones. La feroz competencia entre los iguales está llevando a situaciones inéditas en este país, porque todos desconfían del contrario, a pesar de que las diferencias ideológicas ahora son más pequeñas que nunca. El próximo Gobierno que salga del Congreso deberá hacer frente, de nuevo, a una situación muy complicada en Cataluña, y será necesario que se armen consensos como el que respaldó la aplicación del artículo 155 en el último mandato de Mariano Rajoy. Por eso, y con independencia de la teatralización que conlleva toda campaña electoral, es necesario que en estos días también se aborden los posibles pactos, se expliquen no sólo las diferencias, sino las coincidencias. No somos unos ilusos, pero la realidad impone que el diálogo será necesario para la gobernación del país, y las reformas necesarias aún requieren unas mayorías más grandes. No se puede volver a los inicios de la actual legislatura, cuando se corrió el riesgo de repetir unas elecciones por tercera vez. Hay que recordar que fue la abstención del PSOE lo que permitió la investidura de Mariano Rajoy. Éste es el tipo de actuaciones que se imponen en estos escenarios tan plurales; negarlo sólo causa futuras frustraciones.

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