La peor noticia para el turismo andaluz

La recuperación de la actividad turística, que supone casi el 14% del PIB andaluz, se retrasa hasta después del verano

Por si había alguna duda de la crisis que se ciñe sobre Andalucía, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, dejó ayer claro que la recuperación económica del país se realizará en "dos fases". La primera se centrará en los sectores productivos (industria, construcción, etcétera) y se llevará a cabo durante todo el verano; la segunda, que se acometerá posteriormente y se extenderá hasta final de año, se centrará en las que la ministra ha calificado como las actividades "más afectadas por la crisis": turismo, restauración, cultura, etcétera. La noticia es muy negativa para nuestra comunidad autónoma, pues ha sido el turismo el motor económico con el que Andalucía se impulsó para salir de la devastadora crisis económica producida en todo el mundo por el llamado crack de 2008. Los datos, en este sentido, son muy claros: la actividad turística supone casi el 14% del Producto Interior Bruto (PIB) andaluz, y sólo el año pasado produjo unos ingresos de 21.800 millones de euros. El problema no es que ahora estemos afrontando una crisis más o menos severa del sector (algo que era lógico que tarde o temprano ocurriese), sino que nos encontramos ante el cese absoluto de la actividad, con el consiguiente coste social y económico. La paralización del turismo durante tanto tiempo se puede considerar como una auténtica tragedia para Andalucía. Más si se tiene en cuenta que cuando se inicie la segunda fase de recuperación se hará en un mundo que probablemente esté en crisis económica y en el que el turismo de masas tal como lo hemos conocido hasta la fecha se encuentre en plena revisión. Ahora más que nunca se comprende a las voces que avisaban de los peligros que tenía para la economía andaluza un modelo de crecimiento que apostaba casi en exclusiva por un sector que produce mucho empleo, pero de baja calidad. El monocultivo económico, como reza en cualquier manual de la disciplina, nunca es recomendable.

La Junta de Andalucía, por boca de su vicepresidente, Juan Marín, hizo ayer un llamamiento al Gobierno para que ese plan de reinicio de la actividad económica se negocie con las comunidades autónomas. Lo que quizás no ha comprendido Marín es que el Ejecutivo no deja para la segunda fase el turismo por un capricho, sino porque es una actividad difícilmente compatible con el distanciamiento social al que vamos a tener que estar sometidos todos hasta que se encuentre una solución médica a la pandemia del Covid-19. Mejor hará la Junta en ponerse a buscar alternativas que en dedicarse a enfrentarse con el Gobierno.

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