La política española, un continuo sobresalto

La operación de socialistas y naranjas en Murcia ha fracasado estrepitosamente, pero deja al conjunto del país convulsionado políticamente

La política española parece haber entrado en una etapa de continuo sobresalto tras la sorpresiva presentación de una moción de censura por el PSOE y Ciudadanos contra el presidente popular de Murcia. Ayer, para rozar el rizo de este culebrón de poder que poco tiene que ver con los verdaderos intereses de los ciudadanos, tres diputados murcianos de la formación naranja, que habían apoyado el miércoles dicha moción, anunciaron que rectificaban su postura y, finalmente, no votarán en contra de Fernando López Miras. De esta manera, y si no se producen nuevos cambios -algo que ni mucho menos es descartable-, la operación de socialistas y naranjas ha fracasado estrepitosamente, pero no sin dejar antes al conjunto del país políticamente convulsionado. Ahora queda el debate de si los tres políticos de Ciudadanos deben ser considerados como tránsfugas y, por lo tanto, debe aplicarse el pacto que existe para evitar estas prácticas, algo que por supuesto no ocurrirá. Tras el terremoto murciano nada volverá a ser igual en la política española, ni en la derecha ni en la izquierda. En el centroderecha porque estamos asistiendo al inicio del combate final entre los tres partidos en los que se fragmentó este espectro ideológico (PP, Cs y Vox) tras la crisis de 2008. Todo indica que Ciudadanos será el perdedor, pero la gran incógnita es cómo se solventará el pulso entre PP y Vox, formación esta última que, por ahora, ha preferido mantener un perfil discreto. En la izquierda, porque el pacto evidencia los acercamientos de Pedro Sánchez a Cs para dejar de depender de Podemos en el Gobierno, más tras las graves desavenencias de los últimos días. Ahora queda por saber qué pasará en la capital de España. Lo más previsible es que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid desestime el recurso presentado por la Asamblea de la Comunidad para impedir el adelanto electoral. De esta manera tendremos que asistir, en plena pandemia, a unas tensas elecciones en el mismo corazón del país, algo que no era en absoluto necesario. Como ya hemos apuntado en días anteriores, una irresponsabilidad que vuelve evidenciar el deterioro de una clase política cada vez más alejada de los ciudadanos.

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