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La sanidad pública en España es uno de los sostenes del Estado de bienestar y es una historia de éxito como se pudo comprobar durante la pasada pandemia del Covid. Sin embargo, el descontento con la atención y la acumulación de listas de espera no es una particularidad de Andalucía, sino que es común con muchas comunidades autónomas, que son las prestadoras de este servicio esencial. Los presupuestos en sanidad, que sumarán este año casi 81.000 millones de euros en todo el país, han alcanzado un nuevo récord, de lo que cabe deducir que el sistema necesita una reforma para optimizar el gasto, pues éste no puede seguir creciendo de modo indefinido y, además, provocar descontento entre la población. Como medida para reducir las listas de espera quirúrgicas y de especialistas, el SAS ha propuesto una mejora de los conciertos con las clínicas privadas, donde se destinarían pacientes que esperan para operarse o para que sean vistos, por primera vez, por un especialista. Esta práctica forma parte del modelo de sanidad pública, no son privatizaciones, y de hecho Andalucía es una comunidad donde se concierta poco en comparación con los sistemas de Cataluña, Madrid y Baleares. En Cataluña, donde el nivel de satisfacción de la población con el servicio es más alto, se destina el 24% del presupuesto público a los conciertos, mientras que en Andalucía no llega al 4%. En Madrid es del 12% y en Baleares, del 9%. En el caso catalán funciona desde hace décadas una amplia red de clínicas y hospitales concertados que están integrados en el sistema público. Entendemos que es necesario un acuerdo de Estado que aborde sin demagogias ni partidismos una reforma que mejore la eficiencia de este presupuesto público, que es el mayor del país junto al de la Seguridad Social.
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