Unas restricciones de movilidad incoherentes

Es difícil de comprender que un vecino de Múnich o Lyon tenga mayor libertad de movimiento por España que otro de Huelva o Granada

Por qué un cordobés no puede visitar a su padre anciano en Cádiz y, sin embargo, un francés puede venir a pasar unos días de ocio a Málaga? Cada día que pasa crece más entre la ciudadanía el descontento con las autoridades andaluzas y españolas por unas restricciones de movilidad que, a todas luces, son incoherentes y producen agravios. La situación está produciendo anécdotas que ponen en evidencia el absurdo, como esos ciudadanos españoles que viajan al extranjero para, desde allí, desplazarse por avión a otra comunidad autónoma sin ningún tipo de trabas. Alemania, Italia o Francia están experimentando en las últimas semanas un dramático crecimiento de sus curvas de infectados por el coronavirus, pero sin embargo sus ciudadanos tienen más posibilidades de entrar en Andalucía que un extremeño. No estamos, como pretenden los adversarios políticos del PP en estos días preelectorales, ante un problema exclusivo de Madrid, ya que esta incoherencia es aplicable a la práctica totalidad de las comunidades autónomas españolas. Algo, sin duda, está fallando. Y ese algo no es otra cosa que la coordinación entre las administraciones europeas, nacionales y autonómicas. Tanto que, algunas veces, da la sensación de que cada una de ellas está librando la guerra por su lado, sin tener en cuenta si sus medidas son compatibles con las de las demás. De hecho, Bruselas ya ha recomendado asegurar una coherencia entre las medidas aplicadas a los distintos desplazamientos. Centrándonos en España, la llamada cogobernanza no está funcionando y parece claro que el mando en la lucha contra la pandemia tendría que haber permanecido centralizado en el Gobierno de la nación. Pero, además, se debería dar un paso para coordinar con mayor eficiencia las acciones de los diferentes Ejecutivos centrales de la UE. Si queremos avanzar hacia una Europa más unida y eficaz deberíamos articular instrumentos que permitan una mayor unidad de acción en momentos como éstos. Desde luego, lo que parece difícil de comprender es que un vecino de Múnich o Lyon tenga mayor libertad de movimiento por España que otro de Huelva o Granada.

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