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La visita

Pasado el impacto de la primera visita del Rey emérito, es de esperar que las próximas sirvan para normalizar las relaciones en la Familia del Rey

En las próximas semanas o meses se verá si el primer viaje del Rey emérito a España en casi dos años ha servido para encauzar la situación en la Casa del Rey. Ni la escenificación del fin de semana de regatas de don Juan Carlos en Sanxenxo ni el tratamiento informativo dado por la Zarzuela a la reunión de ayer entre Felipe VI y su padre parecen haber servido para otra cosa que para constatar la existencia de un profundo desajuste que afecta al núcleo de la Familia Real y que repercute en el desempeño de una institución que es básica para la solidez del sistema democrático. Hay que considerar que, inevitablemente, el aterrizaje en suelo español del anterior Monarca iba a suscitar una expectación lógica, alimentada sin tasa por los medios de comunicación, en un país que ha seguido con interés los diversos episodios que jalonan los últimos años de la familia de Felipe VI. Tampoco debe extrañar que el mero hecho de la visita de don Juan Carlos suscitara las reacciones que se han conocido de los enemigos de la Monarquía -algunos, miembros del Gobierno de la nación-, en una permanente campaña de desprestigio de la institución. Seguro que algunas de las cosas que han sucedido desde el pasado jueves se podrían haber hecho de otra forma para encajar la visita del Rey emérito en las normas de ejemplaridad y austeridad que ha impuesto Felipe VI como código de conducta de la Corona. Parece que don Juan Carlos, una vez más, no ha estado bien aconsejado por su entorno más estrecho. Pero pasado el impacto de esta primera visita, lo que cabe desear es que las próximas, si es que don Juan Carlos piensa mantener de forma definitiva su residencia fuera del país, marquen el camino de la normalización de las relaciones institucionales entre el Rey y su padre. Es imprescindible para el fortalecimiento de la Corona y, por lo tanto, del sistema constitucional que garantiza nuestras libertades.

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