Tribuna

Manuel Chaves gonzález

Ex presidente de la Junta de Andalucía

Cuestión de Estado

Mi experiencia me lleva a la conclusión de que el sentido de Estado de la derecha cuando está en el gobierno disminuye notablemente cuando pasa a la oposición

El Plan de Estabilidad Económica presentado por el Gobierno en Bruselas y las previsiones de la UE para este año y el 2021 auguran un panorama desolador de la economía española. Los datos reflejan la gravedad de la situación: caída de la economía en un 9%, déficit público del 10,3%, endeudamiento del 115% del PIB y una pérdida de dos millones de puestos de trabajo. Menos crecimiento, más paro, desigualdad y pobreza; todo ello, cuando aún no nos habíamos recuperado de la anterior crisis financiera. Superar esta situación es una cuestión de Estado que debe comprometer a Gobierno, partidos políticos, sindicatos y organizaciones empresariales.

En abril, el presidente del Gobierno propuso unos nuevos Pactos de la Moncloa. La intención fue que el consenso político que hizo posible aquellos pactos fuera el referente para un acuerdo de reconstrucción económica y social. El Gobierno planteó una política consensuada de grandes reformas para superar la crisis.

Las dificultades empezaron pronto. La negativa inicial del PP al acuerdo forzó el traslado de la negociación a una Comisión parlamentaria creada ad hoc. Creo que una comisión parlamentaria, por la propia dinámica de su funcionamiento, no es el escenario idóneo para una negociación de esta naturaleza; más que facilitar, dificultará el acuerdo. No obstante, toda dificultad, por muy grave que sea, se supera si existe la voluntad política de alcanzar un acuerdo y, en todo caso, el Parlamento siempre tendría la última palabra para la aprobación y desarrollo del acuerdo. Pero no es esta la mayor dificultad: en los últimos años, el sentido de Estado ante los graves problemas de España ha sido bien escaso. Mi experiencia política me lleva a la conclusión de que el sentido de Estado de la derecha política cuando está en el gobierno disminuye notablemente cuando pasa a la oposición y ahora la prioridad política del PP es debilitar al Ejecutivo, aprovechando la crisis sanitaria, antes que llegar a un pacto de Estado.

La UE, a la que hemos criticado por la tardanza en una respuesta global a la crisis, propone movilizar más de un billón de euros para afrontar la situación de los países más afectados por la crisis. Esta movilización de recursos refleja dos cosas: una, la capacidad de la UE para presentar una respuesta global y unitaria de todos los países miembros, y dos, ofrece "un colchón" económico para aquellos países que, como España, quieren afrontar una política de reconstrucción nacional. Ello abre la gran oportunidad para abordar reformas estructurales que fijen nuevos paradigmas del modelo económico español: el índice de bienestar social como referente del crecimiento económico, la lucha contra el cambio climático a través de la transición energética y digital, y la apuesta por una nueva política industrial basada en la investigación científica y la innovación tecnológica. Pero es evidente que con unos presupuestos prorrogados no se pueden abordar los actuales desafíos. Por eso, si no queremos que todo se reduzca a un mero ejercicio de voluntarismo, los partidos políticos deben cambiar sus actitudes para abordar un gran acuerdo que abra las puertas a nuevos presupuestos para la reconstrucción nacional. Esta debe ser la prioridad política para todos.

Por otra parte, el Gobierno debe recuperar el dialogo social con trabajadores y empresarios. El consenso social debe dar una respuesta a los sectores que han sufrido la paralización de su actividad por la crisis e impulsar un nuevo marco de relaciones laborales que elimine la precariedad en el empleo, restablezca la igualdad de las partes en la negociación colectiva y mejore la productividad de la economía.

En tiempos de crisis como los actuales, el consenso político y social se convierte en un valor clave en la política. Los ciudadanos se preguntan si después del Covid-19 vivirán un futuro mejor, si tendrán más y mejores empleos, mejor educación y sanidad y si habrá menos desigualdad y pobreza. Después de tantos sufrimientos y restricciones tienen derecho a que la política les dé una respuesta.

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