Tribuna

Gonzalo Sichar

Presidente de InnovaÉtica

La sucia jugada del PP

La semana pasada ¿se cerró? el caso del tránsfuga Cassá con una maniobra del PP que oscurece la democracia en Málaga

Al fondo, Juan Cassá, en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Málaga.

Al fondo, Juan Cassá, en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Málaga. / Javier Albiñana

La semana pasada ¿se cerró? el caso del tránsfuga Cassá con una maniobra del PP que oscurece la democracia en Málaga. Porque comprar a quien debería haberse marchado de la política entregando su acta a su antiguo partido es corromper la democracia.

Cuando hace poco más de un mes, con un país inmerso en estado de alarma y un alcalde convaleciente, Juan Cassá abandonó Ciudadanos con argumentos tan pobres como falsos, al Partido Popular le entró el tembleque. Mucha gente pensábamos que algo habría pactado el asturiano con el PSOE para dar ese paso que le suponía una considerable disminución de sus emolumentos, al parecer su late motiv en su trayectoria política.

Acabar con los 20 años de alcaldía de Francisco de la Torre mediante una cutre moción de censura, no podía ser el final para uno de los alcaldes más populares de las grandes ciudades de España. Y además el PP no podía perder uno de sus grandes bastiones. Hubo un primer movimiento del equipo de gobierno municipal para atraerse al traidor naranja. Pero enseguida el partido de Inés Arrimadas alzó su protesta, y el PP entendió que la táctica tenía que cambiar.

Solución, hacer maniobras en la Diputación donde el margen de la mayoría es de dos “escaños”, y no de uno como ocurre en el Ayuntamiento. Cassá pasa a ser portavoz del equipo de gobierno en Diputación y asumirá Relaciones Institucionales. Por no entrar en las carencias acreditadas del tránsfuga para realizar tareas de protocolo y relaciones institucionales, ¿cómo alguien que no es del partido gubernamental, que no tiene partido, puede ser portavoz del gobierno? ¿Cómo alguien con una vida laboral oculta, en cuyo currículo solo nos queda claro que ha llegado hasta COU, puede cobrar más que el presidente del Gobierno español? Precisamente para evitar que personas sin acreditada experiencia laboral desempeñen puestos ejecutivos de responsabilidad política es que soy uno de los promotores de la campaña www.otraleyelectoral.es.

Esta jugada del PP está totalmente contaminada. Para evitar que la izquierda jugase suciamente mediante una moción de censura oportunista, sin fundamento político, el PP maquiavélicamente ha golpeado primero pero en el mismo sentido que se le presuponía a la izquierda: comprando a un político sin principios políticos, comprando a quien ha acusado a dos concejales actuales del PP ante los tribunales, comprando a un diputado provincial que ya no puede ni caminar por Málaga porque la gente se lo comería por ruin.

La historia debe juzgarse por lo que fue y no por lo que pudo haber sido, fue una de mas mejores enseñanzas que me dio un profesor de Ciencia Política en el doctorado bastante cercano a la órbita de Podemos. Y siempre nos quedará la duda de si Daniel Pérez y Eduardo Zorrilla habrían sido capaces de pactar con el diablo para sacar a De la Torre de la alcaldía. Pero en cambio ya no nos puede quedar ninguna duda de hasta dónde ha sido capaz el PP de llegar para no perder tan apreciado sillón. Podrán pintarlo como que la ciudad necesita estabilidad —¿estabilidad apoyándose en alguien contrastadamente inestable?—, que Málaga no podía caer en las garras de una izquierda que ha demostrado (nuevamente) en España que no sabe gestionar… Pero lo objetivamente verificable es que el PP —y no el PSOE— es el partido que ha mancillado la democracia en Málaga.

La política es el arte de lo posible, ¿solo era posible premiar a quien solo le mueve su propio interés? ¿Se exploró, por ejemplo, un renovado pacto antitransfuguismo para que cada formación política se retratara y proponer la marginación del tránsfuga hasta donde la ley lo permitiera?

Y la historia seguro que no ha acabado del todo, porque aún queda algún capitulillo, ya que en el ‘paquete Cassá’ se incluirá cuanto menos el rescate de su fiel escudero Íñigo Vallejo, ese que presume de periodista pero no tiene la carrera terminada, ese que recorría las cofradías recordándoles el dinero que Ciudadanos —la formación liberal y aconfesional— les había incluido en los presupuestos y haciéndolas ver que quizá Cassá podría dar la salida de algunas procesiones, ese que por haber colaborado en algún medio en su sección de Deportes anhela la gerencia de la Sociedad Municipal Málaga Deportes y Eventos, aunque para conseguir ese puesto toca en hueso: le pertenece a Ciudadanos. Una vez logrado su rescate quién nos dice que no negocie a favor de otra a rescatar.

Y los naranjas ya han transigido demasiado sin romper los gobiernos de Diputación y Ayuntamiento. Pero que los ‘populares’ no se froten tanto las manos, si a nivel nacional Ciudadanos se arrima a Pedro Sánchez, ¿por qué no podría acercarse al PSOE en el Ayuntamiento y negociar una moción de censura? Si la veleta naranja no hace ascos al perverso presidente Sánchez (como así lo veían también la mayoría de los socialistas andaluces, no lo olvidemos), ¿por qué tendría que hacérselos a Daniel Pérez que por lo menos parece buena persona?

El PP ha manchado su reputación y no está claro que sea para una victoria.

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