Personajes con sabor

Manuel Ruiz Palomo: El transgresor de los años 70

  • Empresario visionario, impulsó Torremolinos by night y la movida nocturna de la Costa del Sol

  • Acude a nuestra cita en el restaurante Rincón Asturiano

Manrique Busto,  Manuel Ruiz y Juan Luis Pinto.

Manrique Busto, Manuel Ruiz y Juan Luis Pinto. / Paco Menjivar

La persona que traemos hoy a esta sesión, malagueño de los de pura casta, es una persona de reconocidísimo prestigio en la Costa del Sol, especialmente en Torremolinos donde ha desarrollado su variada y dilatada vida profesional, convulsa a veces, pero apasionada siempre.

Manolo, como gusta que le llamen sus amigos, ha dejado una huella indeleble en el estamento turístico. Además, ya retirado de la actividad empresarial de la noche, no se acuesta nunca antes de las tres de la madrugada, hora propia de artistas y creadores. Y eso es lo que ha sido toda su vida, una creación continúa de empresas, casi todas destinadas al ocio. No se lo pierdan. Resulta apasionante...

El restaurante: Rincón Asturiano del Arroyo de la Miel

El interior del restaurante. El interior del restaurante.

El interior del restaurante. / Paco Menjivar

Y hasta una localidad costera nos trasladamos para realizar este encuentro: restaurante Rincón Asturiano del Arroyo de la Miel, un espacio ideal para disfrutar de la magnífica gastronomía asturiana, para muchos un lugar de referencia. Coincide además que andan de celebraciones en estas fechas por su vigésimo aniversario, algo que celebramos desde esta sesión. Manrique Busto, su propietario, nos dio la bienvenida con un trago de sidra. Él personalmente se encargaría de atendernos y explicarnos el recorrido gastronómico que íbamos a degustar. Este establecimiento cuenta con un total de diez empleados, seis de ellos en cocina bajo la dirección del chef Gabriel Bascuñana. Toda una experiencia que a continuación les narraré.

El invitado: Manuel Ruiz Palomo

Manuel Ruiz. Manuel Ruiz.

Manuel Ruiz. / Paco Menjivar

Para quién no conozca a Manuel Ruiz debo decirle que es una mezcla de Steve McQeen en papillon y un jubilado que se dedica al golf. Pero su aire desenfadado, su locuacidad y su agudeza mental dejan a las claras que sigue en plena forma. Nacido en Málaga, en la actualidad continúa siendo el presidente de la asociación malagueña de Salas de Fiesta y Discotecas, lleva más de cincuenta y cinco años viviendo en Torremolinos, localidad de la que habla con pasión y añoranza, con recuerdos divertidos y episodios un tanto amargos, pero con nostalgia por encima de todo.

“ Echo mucho de menos la vitalidad y la alegría que había antes en Torremolinos, la forma en que se vivía”. Entonces aquello de que nunca tiempos pasados fueron mejores… “En esto caso te digo rotundamente que no. En Torremolinos llegamos a tener en los años setenta treinta y dos salas de fiestas y discotecas, con eso te puedes hacer una idea”.

Él tuvo mucho que ver con aquella movida nocturna. “Claro. Todavía era muy joven cuando ya llevaba la gerencia, y más tarde propiedad como socio, de Cleopatra. Pero antes de eso era asesor fiscal de la recordada sala de fiestas Barbarela [no puede ocultar una sonrisa entre melancólica y pícara, como es su mirada]. Por allí pasó lo más granado: Miguel Ríos, Serrat, Patxi Andion, Tom Jones, Engelbert Humperdinck y tantos otros. Era increíble. No te puedes imaginar la sensación que te da ir de copas con Jhon Lennon. Todo eso sería impensable hoy”. Fue pionero del destape. “[Risas] Bueno, aquello fue tremendo. Estábamos en 1973 y no parábamos de inventar cosas para hacer más interesante la noche de Torremolinos. En Europa estaban surgiendo espectáculos de streptease, en Berlín, Hamburgo, París. Hasta que me enteré que había uno en Barcelona. Tengo que recordarte que Franco aún vivía. Logré traerlo a la costa”.

–Imagino que todo un escándalo para la época. “Así fue. Hasta el punto que acabé arrestado tres días en los calabozos de la comisaría de Málaga, en la Aduana. El Obispado me denunció. Pero aquello quedó como una anécdota. Yo engañaba a los inspectores que venían a ver a puerta cerrada el espectáculo. Cubría a las chicas los pechos con una flor y abajo con un tanguita y pasábamos la prueba. Luego a las tres de la madrugada ni había flores, ni tanguita ni nada [risas]. Las colas para ver el espectáculo, y no te exagero, eran casi kilométricas, y la mayoría eran mujeres”. Entonces la noche era la reina. “Por supuesto, Torremolinos era y es noche. No tiene infraestructura para otra cosa. Cuando Europa, América, no sabía dónde estaba España, ya sabía dónde se encontraba Torremolinos. Aquí venían propios y extraños a divertirse. Punto”. –Pero Torremolinos ahora está otra vez muy bien. “La reciente remodelación del centro está muy bien, pero hay que tener más miras turísticas. No, Torremolinos de los años 70 con los medios y avances de hoy, sí estaría muy bien. Sería Las Vegas de Europa. Me da pena ver Torremolinos en invierno, vacía a las ocho de la noche. Y en verano a las doce no ves a nadie en la calle.” –Y qué harías para cambiarlo? ““En primer lugar recuperaría la noche. Siempre digo que es mejor hacer una cosa espectacular que cinco mediocres. Por ejemplo, si te traes a los Rolling, es suficiente. Hazlo bien y ya está”. –Habla continuamente de la noche y sin embargo el mundo de la noche no está muy bien visto. “El mundo de la noche ha sido siempre injustamente estigmatizado, cuando es algo que a todos nos gusta. El empresario de la noche es como cualquier otro. Una discoteca es un desfile de modas popular. Nos gusta que nos vean, conocer gente. Esa es la noche”. Cambiando de actividad, no siempre ha estado ligado solo a discotecas y salas de fiestas. “No. He tenido cines, y muy conocidos: Music Hall, Montemar, Auditorio de Mijas. Hasta una churrería al lado de Cleopatra. El público salía de madrugada de haber estado de copas y bailando y apetecía uno churros con chocolate. Y ahí estaba yo (risas). Y desde hace años soy propietario de la bodega Quitapenas de Torremolinos. En la calle Cuesta del Tajo tienen su casa todos los que quieran venir”. Y su vinculación con el turismo ha sido muy importante. Continuamos charlando durante la comida.

La comida

Uno de los platos. Uno de los platos.

Uno de los platos.

Impaciente estaba Manrique porque comenzásemos a degustar los platos que nos tenía preparado. Antes de nada descorchó una botella de blanco Javier Sanz. Un chupito de tomate asado, original y sabroso, abrió mesa junto con un pastel de cabracho. Mejor no podíamos haber comenzado. Y continué con mi charla con Manolo. También estuvo muy vinculado al turismo de manera oficial. “Así es. Cuando se creó el patronato de Turismo, en 1975, fui tesorero, y secretario general y vicepresidente. También estuve en la creación de Centro de Iniciativas Turísticas del que fui presidente”. Es todo un experto en turismo. ¿Cómo ve al turista de hoy? “El turista que viene a la costa busca el sol, pero hay que sumar valores añadidos. Eso Málaga lo ha hecho muy bien”.

Uno de los platos. Uno de los platos.

Uno de los platos.

“El turista no ha cambiado su gusto sustancialmente, pero sí es más exigente. Está más informado y más formado”. Unos pimientos asados con ventresca de bonito del norte nos rescataron de nuestra animada conversación, para continuar con uno de los platos estrellas de la casa: la fabada. Sencillamente extraordinaria. No pueden dejar de probarla. Y con respecto a Torremolinos, ¿cómo se trata al turista? “Bueno, creo que en Torremolinos y en general, ahora hay más calidad, si me apuras, formación, pero hay una gran falta de calidez y amabilidad. Hemos dejado de ser simpáticos y al turista hay que tratarlo como te gustaría que te tratasen a ti. Así de fácil”.

Uno de los platos. Uno de los platos.

Uno de los platos.

Los políticos tienen mucho que decir con relación al turismo. “Creo que a los políticos en general les falta imaginación. Yo les pediría que oigan al sector privado, a los profesionales que son los que realmente conocen el mercado, los que se la juegan”. Quien no se la jugó fue David Flores con sus erizos gratinados. Un plato exquisito lleno de sabores marinos. El descorche de una botella de El arquitecto, vino tinto de producción propia de Bodegas Lara-Tres Generaciones, nos preparó para el solomillo ibérico Joselito con gratín de patata y el bacalao al pil pil. Exquisitos.

El postre. El postre.

El postre.

Le pregunte a Manolo por aquello que cambiaría si estuviese en sus manos. “[Silencio] Cambiaría a la gente. Que sea más amable y más educada. Antes éramos más educados, humildes y educados”. Y le pedí unas palabras para los malagueños de un paisano afincado en Torremolinos. “Pues les digo que sean muy amables y cuiden al turismo. A la gente les gusta que les traten bien”. Una tarta tatin de manzana recién horneada cerró el festival de sabores con que fuimos sorprendidos. Mi agradecimiento a Manrique Busto y a todo el equipo de Rincón Asturiano por su veinte aniversario con el deseo de que cumplan varias veintenas más. Y nos despedimos de nuestro invitado de hoy con la sensación de que nos queda mucho por hablar. Un jubilado dinámico y súper activo, y es que la inteligencia y la ilusión no se jubilan nunca. Hasta siempre.

Los vinos

Los vinos. Los vinos.

Los vinos.

Blanco: Javier Sanz

Fermentado en barrica. Vino verdejo fermentado en barrica de roble francés. Elegante y sabroso. Maridó a la perfección con los platos que degustamos.

Tinto: El Arquitecto

Extraordinario vino de las Bodegas Lara de Ronda, producción propia. Un vino fino, elegante, honesto y maduro que no debe faltar en una buena mesa.

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