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Inician los trabajos de reparación por el hundimiento en el Puente Nuevo de Ronda

  • La actuación conlleva el corte de la circulación por esta vía durante unos cuarenta días

La circulación por el Puente Nuevo de Ronda quedó ayer contada en ambos sentidos debido al inicio de unas obras de reparación, que está previsto que pongan fin al hundimiento que se había producido en uno de los extremos de la plataforma superior del conocido monumento por un problema con los saneamientos que pasan por esta zona. Los trabajos se prolongarán durante aproximadamente unos 40 días, tras los que este espacio recuperará su imagen habitual, y es que el hundimiento de la calzada había creado una importante alarma, en especial, en sus primeros momentos, lo que obligó a realizar varios estudios sobre el daño y si había afectado a la estructura principal, algo que quedó descartado por los expertos, relegando el problema para la parte superficial.

En cuanto a la actuación en sí, se procederá a renovar los saneamientos de esta zona, la recogida de las aguas pluviales y la acometida de agua, además de proceder al saneamiento del propio hundimiento que habían ocasionado este problema. Todo ello con un coste aproximado de unos 100.000 euros. Mientras la maquinaria se afanaba ayer en comenzar a retirar el adoquinado, los conductores comenzaron a familiarizarse con una situación poco habitual, el corte total de la principal vía de unión entre ambas cornisas del Tajo y que, según las últimas cifras manejadas por el Consistorio soporta una media de 11.000 vehículos diarios.

Además, los visitantes también se encontraban con la extraña situación de poder caminar sin vehículos por mitad de la calzada, ya que buena parte del puente no se encuentra afectado por las obras y está libre de los habituales vallados de protección de este tipo de trabajos que limitan el paso. Esta intervención también afecta a la regulación en el casco antiguo, que ha quedado limitado a residentes, colegios y clientes de los diferentes hoteles que se ubican en el casco antiguo. Además, los usuarios del transporte urbano tienen que realizar un transbordo entre autocares que obliga a cruzar andado el Puente Nuevo para continuar su viaje. Una restricciones en el tráfico en el casco antiguo que en parte se conservarán tras esta obra, aunque queda por decidir qué ocurrirá con el Puente Nuevo.

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