El Consejo de Ministros, a propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), ha tomado razón de la declaración de emergencia para la mitigación del riesgo hidrológico forestal de los terrenos públicos afectados por el incendio forestal de Sierra Bermeja por un importe máximo de un millón de euros. Por su parte, el consejero de Presidencia, Elías Bendodo, anunció que el Consejo de Gobierno había aprobado destinar una partida de 4,6 millones de euros para obras de emergencia en la zona.

En el caso los trabajos de restauración encargados por la Dirección General de Biodiversidad, Bosques y Desertificación del Miteco al medio propio Tragsa, tienen por objetivo proteger la superficie afectada, evitando las pérdidas de suelo y los procesos erosivos de torrenteras, el arrastre de cenizas y sólidos (piedras, restos vegetales) e incluso movimientos en masa si ocurrieran fuertes lluvias en los próximos meses.

Esta actuación inmediata garantizará la pervivencia del bosque y los usos ambientales, paisajísticos, sociales y de recreo de los terrenos forestales, facilitando la restauración integral por parte de la comunidad autónoma de los espacios dañados a más largo plazo, indicaron desde el Gobierno central en un comunicado. Para la restauración ambiental de las zonas afectadas por este incendio se han puesto en marcha acciones como la limpieza de carreteras y caminos principales para garantizar el tránsito de vehículos y personas y la creación de albarradas con restos de madera y piedra en la red de drenaje de cabecera de cuenca y fajinas con restos de madera en las laderas más expuestas, con el fin de evitar la erosión y permitir la pronta implantación de especies vegetales.

También se llevará a cabo la construcción de diques de pequeño calado para la retención de sedimentos y el tratamiento de la masa arbolada (apeos y tronzado) que servirán para su gestión futura de cara a la prevención de incendios forestales, la recuperación de los ecosistemas dañados, la prevención de plagas y la reducción del impacto visual sobre el paisaje no afectado por el incendio. El incendio forestal de Sierra Bermeja se inició el 8 de septiembre de 2021 afectando a los términos municipales de Estepona, Casares, Benahavís, Jubrique, Genalguacil, Júzcar y Faraján, en el macizo de Sierra Bermeja, en el sudoeste de la provincia de Málaga. El incendio quemó una superficie de 9.581,37 hectáreas.

La zona afectada se distribuye por dos de los ámbitos con mayor personalidad de la costa malagueña y de la propia comunidad autónoma de Andalucía en su conjunto: Sierra Bermeja y el Valle del Genal. Ambos forman parte de la gran unidad de la Serranía de Ronda, ubicados en su parte occidental. El incendio afectó principalmente a superficie de pinares de pino negral o resinero (Pinus pinaster), han indicado. La mayor parte de la superficie recorrida por el fuego (9.086,11 ha sobre un total de 9.581,37 ha, es decir, el 95%) forma parte de algún espacio incluido dentro de la Red Natura 2000 y de la Red de Espacios Naturales Protegidos.

Daños que requieren una actuación “prioritaria e inaplazable”

La Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible ha informado al Consejo de Gobierno de las obras que está ejecutando, por vía de emergencia, para la mitigación del riesgo hidrológico forestal en los terrenos públicos afectados por el incendio de Sierra Bermeja. Las actuaciones comenzaron el pasado 19 de noviembre, “antes de que transcurriera un mes desde la extinción del fuego”. Desde que se logró controlar el incendio hasta su extinción definitiva, estos profesionales han realizado evaluaciones preliminares de los daños del fuego en Sierra Bermeja con el apoyo de satélites y drones. Tras valorar los datos recogidos, se han detectado daños que requieren una actuación “prioritaria e inaplazable, ya que existe un riesgo grave e inminente para la seguridad de las personas y los bienes dentro y fuera del perímetro del incendio”, han subrayado desde la Junta de Andalucía. El objetivo de estas labores es restaurar los daños ocasionados por las llamas y minimizar la erosión que pueda provocar en el suelo la lluvia de los próximos meses. Para ello, las actuaciones se centrarán en impedir que las precipitaciones otoñales e invernales “puedan generar graves efectos erosivos y avenidas en las cuencas vertientes como consecuencia de la pérdida súbita de cubierta.