disputa judicial

Montejaque le gana al Estado su cuartel

  • La Audiencia Nacional da la razón a este ayuntamiento de la Serranía en su pleito contra el Ministerio de Interior por la propiedad del antiguo cuartel de la Guardia Civil

El alcalde de Montejaque, Diego Sánchez, en el edificio que fue cuartel de la Guardia Civil y que Interior debe devolver al municipio.

El alcalde de Montejaque, Diego Sánchez, en el edificio que fue cuartel de la Guardia Civil y que Interior debe devolver al municipio. / JAVIER FLORES

El Ayuntamiento de Montejaque (Serranía de Ronda, 1.010 habitantes) le ha ganado al Estado en el transcurso de una batalla judicial librada en la Audiencia Nacional la propiedad del viejo cuartel de la Guardia Civil, un edificio sin uso desde hace años en el que el alcalde, Diego Sánchez (Agrupación Independiente Democrática de Andalucía), reclamaba al Ministerio del Interior con la intención de convertirlo en un albergue turístico que consolide la principal industria del pueblo.

La Sala de lo Contencioso Administrativo de la Audiencia Nacional dictó a mediados de julio una sentencia en la que reconoce que Montejaque tiene derecho a recuperar el solar y el edificio del cuartel. El alcalde reconoce el triunfo pero elude los adjetivos. Nada de quijotesco, titánico o de David contra Goliat en Montejaque. "La sentencia no es firme. Se puede recurrir ante el Tribunal Supremo", advierte cauteloso.

Sin embargo, enredarse en un pulso con el Estado y todo su aparataje (direcciones generales y Abogacía del Estado) y ganarlo con los mimbres de un Ayuntamiento que maneja un presupuesto ligeramente superior a los 1,7 millones de euros y solo tiene secretario municipal tres días a la semana se merece legítimamente un adjetivo.

Diego Sánchez confiesa que le echó el ojo al cuartel nada más aterrizar en la Alcaldía en 2011. Primero intentó un acuerdo amistoso en la vía política. Se reunió con el presidente de la Diputación, Elías Bendodo, con el subdelegado del Gobierno y hasta con personal de cierto rango en la Comandancia de la Guardia Civil. Nadie le puso ningún inconveniente, pero la cesión se atascaba a medida que se despegaba del nivel local.

Tres años después y en vista de que esa fórmula no funcionaba, el Ayuntamiento aprobó en Pleno el 21 de junio de 2014 solicitar oficialmente la cesión del antiguo cuartel, petición que el alcalde remitió por correo certificado al Ministerio de Interior junto con un informe que detallaba la necesidad de Montejaque de contar con un alojamiento turístico de titularidad municipal.

A esas alturas Diego Sánchez tenía claro que necesitaba agudizar el ingenio para tomar ventaja en la disputa. Recuerda que invirtió muchísimo tiempo en revisar una a una todas las actas de las sesiones plenarias celebradas desde los años 70. Necesitaba hallar en los archivos la documentación en la que se formalizaba la cesión de suelo municipal para la construcción del cuartel y averiguar si ahí había algún hilo del que tirar. El olfato y la paciencia le condujeron a los documentos oficiales que probaban que el Ayuntamiento de Montejaque compró el 18 de octubre de 1971 un solar, por el que desembolsó 100.000 pesetas, que el Ayuntamiento acordó ceder de forma gratuita en octubre de aquel año a la Administración del Estado para que edificara un cuartel. Es más, también localizó los documentos que acreditaban que había aportado dos millones de pesetas más para cofinanciar las obras. El 31 de enero de 1985 el edificio "se ocupó materialmente como casa cuartel", recoge la sentencia.

El alcalde también encontró buceando en los archivos que el solar se había cedido con la condición de que al menos durante 30 años fuese usado efectivamente por la Guardia civil. Sin embargo, en el litigio contra Interior , el director general de la Guardia Civil reconoció en un oficio firmado el 4 de junio de 2014 que el edificio constaba de siete pabellones "todos ellos vacíos" y en mal estado de habitabilidad. En realidad, el alcalde casi no recuerda desde cuándo no hay agentes ni familias en el viejo cuartel. "En los últimos años venía alguien de vez en cuando, pero muy esporádicamente".

Es decir, desde que abrió en enero de 1985 hasta que formalmente se admitió que estaba en desuso, en junio de 2014, habían transcurrido 29 años y cinco meses, no los 30 años de uso ininterrumpido que exigía el acuerdo de cesión. Hallado ese caso, el Pleno municipal instó el 28 de abril de 2015 no la cesión gratuita como había pedido al Ministerio de Interior en 2014, sino la reversión de un bien que no se destinaba a la actividad acordada.

Esos siete meses que faltaban para alcanzar los 30 años de uso han sido la clave que permitirá a Montejaque recuperar la propiedad, porque el Estado no solo no aceptó la reversión gratuita, sino que pretendió venderle el cuartel al Ayuntamiento. El 13 de abril 2015 la Gerencia de Infraestructuras y Equipamiento de la Seguridad del Estado remitió un oficio en el que le proponía al Ayuntamiento venderle el cuartel por 128.100 euros. Meses después la Abogacía del Estado aceptaba en un informe que había lugar a la reversión, pero le reclamaba a Montejaque una indemnización previa por las obras efectuadas "para no incurrir en enriquecimiento injusto", compensación que volvía plantear unos meses después el secretario general de la Gerencia de Infraestructuras del Ministerio de Interior. La Audiencia Nacional, sin embargo, precisa que el Ayuntamiento "tiene derecho a la reversión del terreno donado, con sus pertenencias y accesiones". El Ministerio de Interior no solo no verá un céntimo, sino que, además, tendrá que pagar las costas del pleito, que ha sido defendido por los abogados de los servicios jurídicos de la Diputación.

El alcalde, a la espera de que la sentencia sea firme, afina el proyecto de albergue turístico para un municipio que, a falta de una agricultura y ganadería más boyante, vive fundamentalmente del turismo y los servicios en torno a él. De hecho cuenta con 300 camas en casas rurales más un hotel de ocho habitaciones. La intención del Ayuntamientos es promover un alojamiento destinado que dé cabida tanto a visitantes de perfiles económicos más modestos, como a programas destinados a enriquecer la oferta, como cursos de idiomas con alojamiento. Por el momento cruza los dedos y confía que la Diputación de Málaga facilite financiación.

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