Los plenos del Ayuntamiento de Antequera se han convertido en los últimos años en una especie de sesiones de tortura para los ciudadanos que deciden seguirlos in situ o aquellos que prefieren atender desde sus casas. Siempre se sabe a la hora que empiezan, pero nunca a la que terminan. A tal extremo ha llegado la situación que la última convocatoria se alargó más de nueve horas, extremo que ha llevado al alcalde de la localidad, Manuel Barón, coger la tijera y el cronómetro para evitar que se repita.
Barón presentó ayer su propuesta a los diferentes grupos municipales para regular las intervenciones plenarias, que será de un máximo de diez minutos en la primera intervención de cada portavoz, teniendo opción a un turno de réplica de cinco minutos siempre que sea solicitado. A ello se une la posibilidad de intervenir por parte de los concejales que se hayan sentido aludidos, con un tiempo máximo de dos minutos, y previa autorización de la Presidencia del pleno. Además, el ponente de la moción tendrá un último turno para ratificar o modificar su propuesta.
También se faculta al alcalde a llamar la atención a los ediles cuando se desvíen de los asuntos del debate. En el acuerdo quedarán reguladas las intervenciones de la secretaria o la intervención. No obstante, podrán llamar la atención cuando crean que pueden existir dudas sobre la legalidad de algunos de los temas que estén siendo tratados en ese momento.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios